La indignación sobre el anuncio que las peluquerías pueden abrir para ofrecer un servicio a los que no se pueden lavar es unánime. La medida que ayer anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no gusta a la mayoría. De entrada, al propio gremio de peluqueros y peluqueras tal como ha comunicado uno de sus presidentes de honor, Josep Pons. De la otra, el resto de políticos.

La primera al negarse a permitir abrir peluquerías es la presidenta de la Comunidad de Madrid, la popular Isabel Díaz Ayuso: "Las peluquerías se cierran mañana en Madrid".

Ayuso ha añadido que prefiere que "los clientes lleven el pelo sucio".

Sánchez fue rotundo con remarcar las competencias sobre la toma de decisiones para combatir el coronavirus y delegó en su gobierno central toda la responsabilidad. Ayuso, sin embargo, avisa de que no piensa acatar.