La comparecencia de Carles Puigdemont este martes desde Bruselas, donde establecía las bases para empezar una negociación para la investidura de Pedro Sánchez, donde reclamaba un "acuerdo histórico", ha enfurecido a los sectores más radicales, que se empiezan a movilizar. A través de las redes sociales se están convocando manifestaciones este domingo, 10 de septiembre, a las 12:00 horas, ante los ayuntamientos de todas las ciudades y pueblos del estado español, para protestar contra la ley de amnistía que Junts plantea al Gobierno. "Manifestación a las 12.00 horas del día 10 de septiembre en el Ayuntamiento de todo y cada uno de los pueblos y ciudades de España en contra de la posible Ley de Amnistía que permita a los independentistas reírse de la democracia española, secundados por Sánchez. Pasadlo", es el mensaje que va circulando como la pólvora por redes sociales.

Hermann Tertsch, miembro del Parlamento Europeo con Vox, ha explicado a través de las redes que ha recibido un mensaje de WhatsApp anunciando la convocatoria para el domingo. Y ha instado a sus seguidores a hacer difusión del mensaje.

Las condiciones de Carles Puigdemont

Carles Puigdemont fijó este martes cuatro condiciones previas para empezar a negociar la investidura de Pedro Sánchez. Como primera condición para negociar la investidura, ha establecido un "abandono completo y permanente de la vía judicial contra el independentismo", que según defensa es "al alcance del parlamento español, a través de una ley de amnistía". Puigdemont señalaba que tiene que incluir un "amplio espectro de la represión iniciada antes del 9-N". "El 1 de octubre no fue un delito, como tampoco lo fue la declaración de independencia, ni las protestas masivas contra la represión y la sentencia del Tribunal Supremo".

El eurodiputado de Junts reclamó la creación de un mecanismo de "mediación y de verificación que aporte las garantías del cumplimiento y seguimiento de los acuerdos que los dos grandes partidos políticos españoles no están en condiciones de dar". "La total falta de confianza entre las partes hace que este mecanismo sea imprescindible, y que tenga que operar desde el inicio de las negociaciones", añadió, apuntando que "la experiencia impide tener ninguna confianza en la palabra" de los partidos españoles. Por otra parte, Puigdemont pidió que los límites para empezar a negociar sean "los definidos por los acuerdos y tratados internacionales" de derechos humanos y libertades fundamentales, así como el "reconocimiento y con respecto a la legitimidad democrática del independentismo".

Puigdemont advirtió que España se encuentra en un "dilema de resolución compleja". "O repite elecciones, con el riesgo de que los equilibrios políticos sean tan frágiles como ahora; o pacta con un partido que mantiene la legitimidad del 1 de octubre y que no ha renunciado ni renunciará a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer sus derechos", avisaba.