El cónsul honorario filipino en Barcelona, Jordi Puig Roches, ha sido destituido por el gobierno filipino por participar en una manifestación durante el paro general del 3 de octubre. La noticia se la ha comunicado el ministro de Asuntos Exteriores de las Filipinas en una carta que asegura que la destitución se hará efectiva el próximo mes.

Jordi Puig compartió una fotografía donde se le podía ver participando en las protestas del 3-O, que en ningún caso eran a favor de la independencia sinó para denunciar la violencia y la represión policial del día del referéndum. En la imagen, el cónsul honorario muestra un cartel donde se puede leer "Keep calm", pidiendo tranquilidad después de una jornada como la del 1-O.

La acción de Jordi Puig Roches no gustó al Ministerio de Asuntos Exteriores español, que lo denunció a la embajada de las Filipinas; posteriormente, desde este país se ha emitido la destitución. Para defenderla, el gobierno filipino se acogió a lo que dice la Convención de Viena: los cónsules, y diplomáticos en general, no pueden "intervenir" en los asuntos internos de los países que los acogen.