El Congreso de los Diputados mantiene la omertá en aquellos asuntos que involucran la monarquía española. Esta vez, ha sido con una pregunta oral que tenía que formular el diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, durante la sesión de control al Gobierno del miércoles que viene. La pregunta era la siguiente: "¿Qué más tendría que pasar para que el Gobierno apoyara la abdicación del Rey junto a la convocatoria de un referéndum sobre la Jefatura del Estado?". Antes ya había pasado en intervenciones de diputados de ERC en el mismo pleno, refiriéndose a la sombra de corrupción que sobrevuela a la familia real española.

Según explican fuentes de la formación abertzale, los letrados del Congreso se pusieron en contacto telefónicamente con ellos "ayer por tarde, nada más registrar la pregunta". Estas mismas fuentes aseguran que no la aceptan y obligan a reformularla. El problema para los letrados es el término "abdicación del Rey". Argumentan que es una "materia ajena" al ejecutivo y al control parlamentario, porque "el Congreso no está para fiscalizar la tarea de la monarquía ni para que el gobierno se pronuncie al respecto".

Desde la Moncloa consideran que hace falta una ruptura para salvar la institución: separar el reinado de Felipe VI del legado manchado de Joan Carles I. El mismo Pedro Sánchez abrió la veda asegurando que las informaciones que llegaban eran "inquietantes" y "perturbadoras", y que el actual monarca había hecho bien desmarcándose de su padre. Unas declaraciones que, durante los últimos días, han ido repitiendo ministro tras ministro, sin salir mucho del guion. Sólo lo hizo un poco el vicepresidente Pablo Iglesias, poniendo encima de la mesa el debate sobre "la utilidad de la monarquía". Ayer la vicepresidenta Carmen Calvo animó a Felipe VI a dar un paso más, porque "hay una parte de la ciudadanía preocupada".