El Congreso de los Diputados ha aprobado definitivamente este jueves la ley de protección a la infancia, también conocida como Ley Rhodes. Se trata de una norma pionera, que estrecha el asedio a la violencia contra los menores y que da respuesta a las demandas históricas de las organizaciones de infancia.

La ley ha concitado un amplio consenso, con 297 votos a favor y solo 52 en contra, correspondientes Vox.

Con su entrada en vigor, habrá más tiempo para denunciar los abusos a menores, ya que empezará a contar la prescripción de los delitos cuando la víctima tenga 35 años, y no 18 como hasta ahora, y cualquier persona que conozca un caso o sospecha de violencia contra los niños lo tiene que comunicar.

Los menores de 14, solo declararán una vez

La ley, que cuenta con una financiación de 70 millones de euros, amplía la definición de violencia, persigue delitos cometidos a través de internet, crea unidades especializadas en las fuerzas y cuerpos de seguridad, juzgados y fiscales especializados, un Registro Central de Información y un coordinador de bienestar y protección en los centros educativos.

Con la norma, cuando el caso llegue a los tribunales, los niños menores de 14 años solo tendrán que declarar una vez durante la investigación y queda suspendido el régimen de visitas cuando se dicte una orden de protección por violencia de género o haya indicios en que los hijos han presenciado o sufrido maltrato.

Eliminación del síndrome de enajenación parental

Durante la tramitación parlamentaria en el Congreso y el Senado, se han incluido mejoras al texto remitido por el Gobierno el pasado mes de junio por trámite de urgencia, muchas de ellas trasladadas por las entidades de infancia.

En la cámara alta - el Senado -, se ha incorporado la prohibición de realizar ningún desnudo integral o exploraciones genitales a las pruebas para determinar la edad de los menores no acompañados, y ha sumado el apoyo de los partidos nacionalistas al garantizar el respeto a las competencias de las comunidades autónomas.

También, añade la limitación de las medidas de contención física, como las sujeciones a la cama en centros de menores.

En la cámara baja -el Congreso-, se ha mejorado el reconocimiento del derecho de los niños a ser escuchados a lo largo de todo el proceso y se han eliminado planteamientos sin base científica como el llamado síndrome de enajenación parental, que presupone que la madre ha manipulado al hijo contra el padre.

Una "ley pionera"

Las organizaciones sociales han coincidido en que es una "ley pionera", supone un avance histórico, de manera que sitúa España como en lo referente a nivel internacional e incorporando los requerimientos del Comité de Derechos del Niño desde 2010.

Pero también han advertido que ahora queda aplicarla: se fijan plazos y se expresan compromisos que tienen que ser cumplidos, destacan desde Save the Children, la Plataforma de Infancia y Unicef.

Por ejemplo, recuerdan el mandato de crear juzgados especializados en infancia, la aprobación de una estrategia y la creación del Consejo Estatal de Participación Infantil, que dio voz a los niños para la elaboración de las políticas públicas.

"Política en mayúsculas"

Las ONG han celebrado la aprobación en la escalinata de los leones, en una de las puertas del Congreso, junto con la ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, y el Alto Comisionado de Gobierno contra la Pobreza Infantil, Ernesto Gasco.

"No ocupará portadas la aprobación de esta ley, pero es un paso esencial que demuestra que la política puede, debe y mejorará la vida de un país", ha destacado la ministra Belarra durante el debate parlamentario, que ha insistido en el hecho de que "un maltratador nunca será un buen padre".

"Podemos decir que estamos haciendo política con mayúsculas, la que cambia la vida de la gente y le da sentido a la palabra democracia," ha concluido.

 

Imagen principal, varios ministros y diputados y miembros de Save the Children y la Plataforma de Infancia celebran ante el Congreso la aprobación de la ley / EFE