Los comuns suspenden las negociaciones que mantenían con el Govern para avalar los presupuestos de la Generalitat para el 2019, después de unas reuniones en que el ejecutivo no les ha dado las cifras globales.

Fuentes de los comuns consultadas por Europa Press han argumentado que han constatado durante semanas que las cifras sectoriales están muy lejos de lo deseado: "Por ese motivo, damos por suspendidas las negociaciones".

Reiteran su voluntad de acuerdo pero ven "muy difícil" alcanzar unos mínimos, en vista de la información que les da el Govern sobre su proyecto y su margen de negociación.

"No se han movido desde la primera reunión que tuvimos en noviembre", y relatan que en las reuniones sectoriales les han explicado el contenido genérico por cada conselleria y además no les plantean medidas sustanciales para acercar posiciones.

Govern y comuns han hecho seis reuniones sectoriales, en las cuales siempre estaban la secretaria de Presidència, Meritxell Masó (JxCat), y el secretario de Economia, Albert Castellanos (ERC), además de miembros del departamento en cuestión.

Sanitat

La primera sectorial fue el 9 de enero y el ejecutivo catalán planteó contratar a 200 médicos para la sanidad pública, que habían pactado con el sector para que abortaran la huelga de cinco días de noviembre, acordaron 250 y ya se ha contratado a más de 30.

"Pero no hay ninguna propuesta para extenderla a la sanidad concertada", según los comuns, que recuerdan que se está muy lejos de alcanzar los 850 profesionales sanitarios más que exigen los comuns.

Vivienda

En la sectorial de Territori del 17 de enero, que incluía vivienda, estaban presentes el secretario de Territori, Ferran Falcó, y el director adjunto de la Agència de l'Habitatge, Jaume Fornt. Los comuns exigieron dotar la partida para ampliar el parque de vivienda en 450 millones, pero el Govern "no va más allá de 40".

Los comuns pedían que, al menos, se destinara una parte del gasto para acabar con las listas de espera de las personas que no tienen donde vivir; el Govern planteó "como máximo reducir esas listas a la mitad".

Mejor entendimiento con JxCat que con ERC

"Ha habido mejor feeling en las reuniones de las sectoriales que dependen de JxCat que las de ERC", afirman los comunes, sorprendidos por eso.

Ponen como ejemplo que, en transporte público, el Govern contaba con los 26 millones que se extraen de la congelación tarifaria, pero que Falcó admitió que con los 41 millones que prevén los presupuestos generales del Estado se podría abordar la inversión necesaria en vehículos e infraestructuras.

"La peor reunión"

La reunión donde los comuns se vieron más lejos del Govern fue la de Afers Socials, el lunes pasado con el secretario de Afers Socials, Josep Ginesta (ERC): "Decían que en la renta garantizada de ciudadanía solo llegaban a los 295 millones. Pedimos llegar a 500 y ellos respondían que no hace falta. Hablan de que se está aumentando en 55 millones, pero no sabemos si se refieren a lo ejecutado".

Y los comuns pidieron crear 3.500 plazas para residencias de ancianos, mientras que el Govern les dijo que no preveían ninguna, aseguran.

Educación

El Govern quiere recuperar la corresponsabilidad en financiar las plazas de guardería, que se traspasó a los ayuntamientos y consejos comarcales en el mandato de Irene Rigau, y contempla destinar al menos 20 millones, con la voluntad de ir aumentado su participación.

Según los comuns, que se reunieron sobre Educación el viernes con la secretaria de Educació, Núria Cuenca, esta propuesta se reduce para el Govern a 425 euros por plaza, cuando ellos piden 1.300; y "tampoco hicieron propuestas concretas de becas comedor en secundaria".

Cuentas "tensionadas"

En suma, con las medidas fiscales que les plantean y sin saber si el Govern apoyará los presupuestos generales del Estado, los comuns auguran que a fin de año las cuentas catalanas estarán "muy tensionadas" y el Govern deberá decidir si paga a las farmacias, las partidas destinadas a los 'mena' o las extras a los funcionarios.

Ven una propuesta de "ciencia ficción" y piden al Govern realismo, porque no quieren apoyar unas cuentas que después no puedan cumplirse y que, en otoño, provoquen protestas de empleados públicos y sectores sociales, haciéndoles a ellos responsables de haber aprobado las cuentas.