La ausencia de ocho diputados electos independentistas, tres porque están en prisión cautelar y cinco porque están exiliados, ha marcado la sesión constitutiva del Parlament de este miércoles. Sus grupos parlamentarios han colocado lazos amarillos en sus escaños. Y han aplaudido con fuerza cuando sus nombres han sido llamados para la votación de la presidencia de la Cámara y los miembros de la Mesa. Un aplauso del que no ha participado el grupo de Catalunya en Comú-Podem, que se ha desmarcado.

Los comunes no han aplaudido a los miembros del Govern encarcelados o exiliados en Bruselas, pero tampoco al expresidente de la Assemblea Nacional Catalana, Jordi Sànchez, escogido diputado por Junts por Catalunya. Fuentes de la formación consultadas por El Nacional le restan importancia, insistiendo en que no hay ningún motivo concreto, sino que ha sido "meramente circunstancial", pese a que se ha repetido cada vez que los nombres han sido pronunciados. Este silencio, sin embargo, sorprende: los de Xavier Domènech han participado de las manifestaciones para la liberación de los presos políticos.

La ausencia también ha marcado la elección de la Mesa. En primer lugar, por la delegación del voto de los tres diputados encarcelados, que ha sido aceptada por la Mesa de Edad y protestada por Ciudadanos y el PP. En segundo lugar, porque ha obligado a realizar una segunda votación para escoger a Roger Torrent como presidente del Parlament, porque la primera requería de mayoría absoluta.