Vano

Las elecciones generales españolas del 20D –según los indicios disponibles– dejarán un Congreso muy fragmentado, donde será complicado pactar para hacer y sostener un gobierno estable. Complicado, porque tanto las fuerzas mayoritarias estatales (PP y PSOE) y las minoritarias (C's y Podemos) no serán tan mayoritarias y tan minoritarias. Complicado, porque es probable que no sea suficiente con un pacto a dos para construir una mayoría. Complicado, porque los partidos que hasta ahora actuaban como bisagra (la extinta CiU, el PNV) no tendrán, aparentemente, la misma relevancia, sea por su número de diputados, sea por sus diferencias políticas con otros partidos.

El juego de alianzas hará curiosas parejas de baile. El pactómetro señala ahora a C's como la pareja más buscada por los partidos, sobre todo por el PSOE.

Estas dos formaciones coinciden más que menos en la generalidad de sus programas pero aún se hablan a distancia. Se envían mensajes con el lenguaje de los abanicos, que son los medios. Este domingo, cuatro entrevistas y una carta permiten hacerse una idea (o no) del juego de miradas y gestos previos al baile.

¿Se aman Rivera y Sánchez?

Albert Rivera (C's), en El País, dice que hace falta una reforma constitucional (como el PSOE) y, al mismo tiempo, que quizás no hace falta una reforma constitucional sino retoques legislativos (cómo el PP). Primero ofrece una propuesta federal clásica a gusto del PSOE:

Hay tres vertientes. Una es la competencial. […] Lo lógico es cerrar las competencias y decir: "Estas competencias son municipales, estas del Estado y estas de las Comunidades”. Segundo, hay otra institucional, con un Senado territorial y la supresión de las diputaciones. Y la tercera es la de la igualdad de derechos. Tenemos que garantizar en nuestra Constitución que el Estado autonómico preste servicios, pero que haya una base de igualdad en derechos básicos como la sanidad o como la educación y otros ámbitos. Creo que eso hay que blindarlo en la Constitución.

Seis preguntas más adelante, suaviza y/o matiza para halagar la sensibilidad del PP, por si acaso:

La ley electoral, el sistema de partidos, la despolitización de la justicia, el modelo educativo. La reforma de esas cosas es veinte veces más importante que tocar un artículo de la Constitución.

Pedro Sánchez (PSOE), en La Vanguardia, también asegura que “es necesario” reformar la Constitución y precisa los términos:

La sanidad no está reconocida como derecho fundamental. Tenemos que introducir en ella un mayor europeísmo. Tenemos que repensar la ley electoral. Y tenemos que resolver las deficiencias del sistema autonómico. Cuando hablamos de una España federal […] pensamos en su desarrollo natural. En los últimos cuatro años […] el Gobierno –y en esto tiene razón la Generalitat– ha recentralizado muchas competencias y ha puesto en cuestión el autogobierno en un aspecto clave para la identidad catalana como es la educación. El Senado tendría que ser una verdadera cámara territorial y no una institución prescindible. Esas son las reformas que tenemos que hacer.

Con respecto al estatus de Catalunya como nación, es bien conocido qué piensa C's. Sánchez lo dice de forma que no les moleste:

Desde el independentismo se utiliza el término nación de manera excluyente. Dicen que Catalunya es una nación para construir un Estado y romper la soberanía nacional española y reconocer el derecho a la autodeterminación de Catalunya. En todo eso, los socialistas decimos que no.

El matiz es que el PSOE habla de “singularidades”, mientras que C's habla de uniformidad, federal o no.

Las propuestas y la voluntad

Visto que las propuestas de Rivera y Sánchez no parecen tan distantes... ¿piensan ellos que pueden pactar? Rivera:

El PP de Rajoy tiene un proyecto obsoleto y el PSOE de Sánchez no tiene proyecto. El PP está establecido en un proyecto que se agota. Y a Sánchez, sin un proyecto común español, lo veo buscando poder territorial.

Sánchez:

C's es un partido de derechas, conservador, ultraliberal en el campo económico, que defiende un Estado minúsculo, y yo defiendo un Estado eficiente. Tanto con Podemos como con C's me unen objetivos de regeneración democrática, cambio político, modernización de la estructura económica e institucional y lucha contra la corrupción. Pero discrepo sobre algunos de los instrumentos que ellos plantean.

Tan cerca en las propuestas y tan lejos en la voluntad. O quizás no tanto. En una entrevista en Cuatro, Sánchez es menos contundente contra C's:

Miraré hacia todos los lados, también hacia un nacionalismo moderado. Aspiro también a entenderme con esta derecha moderna de C's, con Podemos, con Izquierda Unida o el PNV.

A Podemos le pone mejor cara:

Hace un año Podemos defendió la salida del euro y el impago de la deuda pública, pero en los últimos meses hemos podido tener la oportunidad de entendernos.

Sánchez tiene cuidado con C's. En Catalunya no se les puede ver guiñándose el ojo. En las elecciones al Parlament, C's ha tomado más voto del PP que del PSC... de momento. Pero también han quedado primeros y segundos en numerosas localidades del área metropolitana que hasta ayer eran patrimonio socialista.

Al mismo tiempo, Sánchez sabe que, en España, a quien roba más votos el partido naranja es al PP y, sobre todo, que no es tan divisivo y polémico como en Catalunya, donde el PSOE invierte poderosos recursos (Meritxell Batet y Carme Chacón) y donde espera, como siempre, muchos votos.

Por otra parte, hay que contar el factor Andalucía, primer granero de votos del socialismo. Ahora, el PSOE gobierna la Junta con la anuencia de C's, a quien no puede tratar mal. Pero allí la presión es menor: Podemos tiene bastantes escaños para darle una mayoría alternativa si hace falta, como en Castilla-La Mancha.

El PP voltea la cara

El PP, en cambio, parece que quiere bailar solo. Andrea Levy, vicesecretaria de Programas del partido, en una entrevista a La Voz de Galicia, dice que aspiran “a una mayoría parlamentaria que permita al PP seguir gobernando”.

Sobre la reforma constitucional, añade:

No [tiene cabida en nuestro programa electoral]. [...] Es mucho más interesante hacer reformas: ley de financiación de comunidades autónomas, reglamentos del Senado y del Congreso... Para los grandes retos que tiene el país en los próximos años, no hace falta una reforma de la Constitución.

Suena muy parecido a las que propone C's en la versión “no hay que tocar la Constitución”. Ahora bien, de pactos, de momento, nada de nada. Dice Levy:

Albert Rivera y Pedro Sánchez están convergiendo en el mismo espacio y en el mismo discurso, que al final es el de la España de Zapatero. Ninguno de los dos tiene un proyecto claro y decidido como el del PP.

El pactòmetro indica, pues, que el PSOE y Cs son los partidos con una frontera más extensa para llegar a acuerdos. No sólo entre ellos sino también con el PP en el caso de C's y con Podemos en el caso del PSOE. Porque pactos, los que sean, se harán. Eso es seguro.

También indica que C's es la estrella en Madrid. Los diarios de la capital española los ven entre la ilusión y el respeto. Tres coinciden en dar al partido naranja la portada y el director del El Mundo le dedica su columna:

Portades

C's es también protagonista de casi todos los programas de debate que las teles estatales emiten los fines de semana:

Podemos ¿sin novio?

Hasta aquí, las entrevistas. Ahora, la carta. La firman Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, estandartes de Podemos, y va dirigida a su militancia. Es larga, está escrita en su habitual tono de hermandad marcial y quiere explicar por qué les ha ido tan mal en las elecciones del 27S. Para el pactómetro, este el párrafo clave, dice:

España es un país plurinacional, donde conviven pueblos con identidades diferentes, y nosotros queremos construir un futuro de soberanía popular con todos, juntos, pero sabemos que el mejor pegamento es la seducción, la democracia y el acuerdo.

Con esta definición de España no es probable que les salga pareja de baile. O sí, si dejan al "país plurinacional" de lado.

La danza será larga.