Miras las portadas de los diarios de Madrid, de todos, y es inevitable preguntarse a santo de qué las manifestaciones macizas y masivas del independentismo en Catalunya no merecieron la misma mirada y tratamiento que la del domingo en la plaza de Colón de Madrid contra los indultos de los presos por el 1-O. Si eres de comparar mucho, quizás te inquiete la pregunta al revés: ¿Con qué criterio un millón de personas en Barcelona no tuvieron el mismo espacio y relieve en las portadas que las 125.000 (o 25.000) de Madrid? La respuesta la sabe todo el mundo, los que reclaman falta y tarjeta por las portadas de hoy y quienes las justifican. Porque no les gustan las manis indepes. Digámoslo, que no es naïf. Los diarios aludidos no están para informar sino para fabricar "hechos alternativos" que compongan la realidad a su gusto. La que no desean se hace desaparecer. Aquí les aprieta el zapato.

Llama mucho la atención el título de La Razón, que destaca la condición de demócratas de los concentrados en Madrid. Oiga, que ser demócrata es como ser mujer —u hombre—. Si tienes que decirlo es que no lo eres (es una idea robada a Margaret Thatcher). Además, es inquietante. ¿Qué entienden por democracia? ¿Y si estamos pensando en cosas diferentes? También tiene gracia que sea ese diario, que desde hace años tiene hecha la portada de todos los 11 de Septiembre con el mismo título: pincha la Diada.

Abascal gana a Casado

Para salir de dudas sobre qué pasó en Colón hay otros diarios. La Vanguardia titula con los dos hechos que explican la cosa y que estaban a la vista de todo el mundo: los manifestantes eran menos que hace dos años en el mismo lugar (todos los datos lo confirman) e iban divididos (rehusaron hacerse la foto juntos, al contrario que en 2019). El País añade un detalle interesante: Casado dejó todo el protagonismo a Vox. De hecho, ya hace días que se lo había cedido. En concreto desde el día que las portadas del Trío de la Bencina titularon simultáneamente que el presidente del PP no quería aparecer fotografiado con los ultras. Esta promesa sí la ha cumplido. Ara destaca en un subtítulo un asunto que podría ser titular: Ayuso implicó al Rey en la campaña contra los indultos, preguntándole si los firmaría. Se hace extraño que el resto de los diarios ignoren —silban y miran al techo— esta instrumentalización de la monarquía. O quizá por eso no es tan extraño, porque quod non est in actis non est in mundo. Es complicado.

El Periódico titula con su conclusión: el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ha ganado este envite (no embate, ojo) o, como gusta decir en España, este órdago. Porque las otras dos partidas también las ha ganado. Por una parte, Juan Espadas, su candidato a dirigir al PSOE de Andalucía, ha derrotado a Susana Díaz, su última enemiga. De otra, la ministra Ione Belarra ha sido votadísima secretaria general por la asamblea de Podemos, partido que releva a Pablo Iglesias con normalidad. Cabe decir que el Trío de la Bencina había dado apoyo a Díaz y trató de enfrentar, sin éxito, a Belarra con la otra Díaz, la ministra de Trabajo, Yolanda. Bien pensada esa portada, que reúne en un solo bloque las batallas de la misma guerra. El resto de diarios las explica como piezas separadas. El Periódico las presenta como un único teatro de operaciones. Bien. Si de la cosa en Madrid prefieres un resumen más castizo, el título de El Punt Avui: Gatillazo de la derecha en Colón. Leña al mono que es de goma.

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