Después de la victoria electoral del partido nacionalista escocés (SNP, por las siglas en inglés) en las últimas elecciones, la idea de un segundo referéndum para la independencia de Escocia resuena cada vez con más fuerza. De hecho, volver a decidir en las urnas el futuro del pueblo escocés una de las prioridades del programa de la primera ministra Nicola Sturgeon, reelegida en las elecciones del pasado 6 de mayo en que se quedó sólo a un escaño de la mayoría absoluta.

La posibilidad de un nuevo referéndum en Escocia - aunque desde Londres no se ve con buenos ojos - abriría un nuevo escenario en Europa y eso afectaría de una manera u otra al movimiento independentista catalán. ¿Pero cómo? Desde el Catalonia Global Institute (CGI) han presentado esta semana un informe sobre el segundo referéndum escocés donde va analizan qué escenario abre para Catalunya en la Europa post-Brexit.

"Menos sinergias" entre Escocia y Catalunya de lo que parece

En 014, la opción de construir una Escocia independiente perdió en las urnas con el 45% de los votos. Entonces, sin embargo, la independencia de Escocia suponía la escisión de un territorio de la Unión Europea. Un escenario exactamente contrario al de ahora: con el Reino Unido fuera de la UE, una victoria del "Sí" significaría una expansión de los territorios europeos y podría generar más apoyos desde Bruselas.

Nicola Sturgeon Escòcia ACN

Volver a decidir en las urnas el futuro del pueblo escocés una de las prioridades del programa de Nicola Sturgeon, reelegida en las elecciones del pasado 6 de mayo. / ACN

Por otra parte, el Brexit también ha dado alas al independentismo escocés, ya que en el 2016 un 62% de los escoceses se mostraron partidarios de quedarse en la UE y ahora una independencia escocesa supondría el retorno al espacio europeo. En cambio, en el caso de Catalunya, la independencia de un territorio que forma parte de la UE no sería visto con los mismos ojos desde Bruselas, según señalan desde el CGI.

Alertan de que "las instituciones europeas mantendrán de manera rotunda que el caso de Escocia no es un precedente para Catalunya". Eso sí, un segundo referéndum escocés da la oportunidad para Catalunya de poner el caso en la agenda política europea y aprovechar las rivalidades entre el Reino Unido y la UE.

¿Cómo ayudará un segundo referéndum de independencia escocés en Catalunya?

"Una segunda votación sobre la independencia de Escocia representa un interesante escenario para Catalunya, ya que necesariamente insertaría la cuestión de la autodeterminación en la agenda europea", valoran en el informe. Además, en caso de convertirse en un estado independiente, Escocia se podría convertir en un miembro de la UE con simpatías hacia las demandas de Catalunya. "La solidaridad de las bases nacionalistas escocesas podrían hacer de contrapeso a las tendencias de la realpolitik", interpretan, y señalan los parlamentarios escoceses como unos posibles aliados en caso de que la UE aplique un doble estándar con la cuestión catalana.

De hecho, el informe del CGI remarca que el interés de la gran mayoría de los estados miembros por mantener España estable y el hecho de que la secesión escocesa sería fuera de las fronteras de la UE, pondría muy difícil para el independentismo catalán poderse beneficiar del caso escocés como un precedente efectivo dentro de la UE.

Las recomendaciones del CGI sobre el referéndum escocés

Teniendo en cuenta todos estos factores, desde el CGI plantean una serie de recomendaciones de cara al nuevo referéndum escocés para sacar el máximo partido desde el movimiento independentista catalán. Por una parte, hacen un llamamiento a aprender de Escocia y adoptar una política exterior con mentalidad de estado.

Con respecto al apoyo a la independencia escocesa, recomiendan centrarse en los intereses de Catalunya y mantenerse neutrales sobre la cuestión escocesa. La idea que proponen es no confrontarse con Londres para utilizar la oportunidad de generar complicidades entre Catalunya y el Reino Unido.

Por último, aconsejan tener unas expectativas realistas y ser conscientes de que la independencia de Escocia no cambiará la posición de la Unión Europea con respecto a la autodeterminación. Por eso, consideran necesario denunciar los bajos estándares democráticos de Bruselas con respecto al derecho a la autodeterminación de las naciones sin estado.