La comisión de estudio del Proceso Constituyente da por acabado su trabajo en este primer periodo de sesiones del Parlament. Después de cuatro meses de trabajo y de haber escuchado las comparecencias de varios expertos y entidades, ahora los diputados intentan extraer algunas conclusiones. Unas conclusiones que se podrán presentar como fecha tope el próximo viernes a las 10 de la mañana.

Aun así, en la última sesión de la comisión de este martes, donde sólo han participado JxSí y la CUP, se ha acordado que el debate y votación de las conclusiones que aportarán los grupos tendrá lugar el próximo lunes a las 10 de la mañana también. Entonces, estas conclusiones aprobadas, junto con las propias de cada grupo, se incluirán en el informe del letrado que se trasladará a Mesa del Parlament del día 19 de julio para que las pueda incluir en el orden del día del último pleno de la cámara que será los días 27 y 28. 

A pesar de que cada grupo tiene intención de presentar sus propias conclusiones, la idea inicial es que, como mínimo, haya sintonía y acuerdo entre JxSí y la CUP. Ahora bien, no se cierra la puerta a que CSQP también acabe formando parte de este consenso, ya que la comisión se convirtió de estudio y no legislativa en parte para arrastrar a los comunes. Si eso no se consigue, entonces es posible que los independentistas presenten sus propias conclusiones por un lado, mientras que los comunes hagan lo equivalente por el otro lado.

Por otra parte, lo esperado es que el PP, que ha asistido a alguna sesión para erigirse como el defensor de los derechos de aquellos catalanes que se sienten también españoles, no presente ninguna conclusión. Es más, si asisten a la votación previsiblemente tumbarán aquellas conclusiones generales fruto de las fuerzas independentistas. C's y PSC no han participado nunca de la comisión, presidida por el diputado de JxSí, Lluís Llach.

Lluís Llach sustituyó a Muriel Casals como presidente de la comisión / Foto: Sergi Alcàzar

Durante estos meses de trabajo, desde el 8 de marzo que empezó a andar la comisión, no sin polémica y recursos al Tribunal Constitucional, los parlamentarios han conocido la opinión de entidades y expertos sobre cómo se tendría que articular el proceso constituyente en Catalunya. Un proceso que tendría que acabar con la redacción y aprobación de una hipotética constitución catalana.

Participación ciudadana

Donde habría consenso, al menos entre juntaires y cupaires, está en el hecho de que la primera fase del proceso constituyente se tendría que hacer de abajo arriba, es decir, con una participación predominante de la ciudadanía. De hecho, diversos de los ponentes han coincidido en este punto. Algunos como el catedrático en Ciencia Política en la UB y presidente del consejo rector del CEO, Jordi Matas Dalmases, planteó incluso en su momento que esta primera fase se hiciera "al margen" de los políticos, ahora bien, también reconocía que después estos tendrían que dar el visto bueno.

De hecho, en esta línea hace unas semanas la diputada de JxSí, Marta Rovira, dio algunas pistas de por dónde pueden ir las cosas y explicaba en una comida coloquio que se estaba trabajando por articular un gran "espacio de reflexión" en esta fase inicial y partiendo de la base ciudadana con el objetivo de extraer unas conclusiones que después tendrían que vehicularse ya en un Parlament constituyente, es decir, después de unas elecciones constituyentes. Entonces, esta sería ya la segunda fase donde el peso del proceso recaería en los diputados.

El ujier cierra la puerta de la sala 1 donde tiene lugar la comisión del Proceso / Foto: Sergi Alcàzar

En este camino, se han puesto sobre la mesa varios ejemplos de cómo se tendría que hacer. Referentes de procesos constituyentes como el de Islandia, Irlanda o el de Kosovo han captado la atención de los diputados. Precisamente, también Rovira tildaba al modelo kosovar de "buena praxis participativa" porque en este caso se optó por una comisión constitucional "mixta" en esta segunda fase, es decir, con la participación de los diputados y ciudadanos, estos últimos escogidos a través del tejido social. Una cuestión que también parece tener el consenso de las partes implicadas al sacar adelante el proceso constituyente catalán con el fin de ampliar, sobre todo, la base social del independentismo, según defendió también la republicana aquel mismo día.

La otra cuestión, una vez redactado el articulado de esta futura constitución catalana, es saber cómo se ratifica el texto. En este caso, muchos de los expertos coinciden en que se tendría que hacer con un referéndum constitucional. Y de hecho, eso es lo que contempla hoy por hoy la hoja de ruta. Ahora bien, hay diferentes criterios de cómo tendría que ser este referéndum. Por un lado, se ha planteado que este tenga una respuesta binaria, sí o no a favor de la constitución, o bien por el otro, que el referéndum sea múltiple con otras preguntas sobre capítulos concretos del redactado.