Si una cosa ha sido la policía francesa ante el corte de la autopista, es efectiva. Cuando el lunes a media mañana vieron el corte, primero, cortaron las entradas a la autopista, tan rápido que muchos "tsunamis" que iban a hacer el bloqueo ya no pudieron entrar. Y después fueron prácticos. Si hay coches mal aparcados, lo más efectivo para sacarlos es una grúa. Y sin contemplaciones empezaron a retirar los vehículos del viaducto que hay en el km 0, y eso provocó que parte de los manifestantes se quedaran allí, con el cordón policial para impedir la retirada de los coches.

La Gendarmería intentó negociar y también sacarlos a la fuerza. Pero el método catalán de manifestaciones pacíficas, con cantos y bailes, los descolocó y decidieron hacer tiempo y esperar.

Cuando el martes a las 8 de la mañana empezaron el desalojo, todo el mundo estaba pendiente de no hacerse daño, de esquivar los empujones e ir avanzando y, sobre todo, de huir del gas pimienta.

Y mientras la policía apartaba la marea humana, la grúa empezaba a hacer su trabajo. Los Mossos, que iban coordinados con la policía francesa, también llevaron sus grúas al lado catalán y retiraron los vehículos que no se llevó nadie.

Quien tenía tiempo de sacar el coche, lo podía sacar. Pero quien no, se lo llevaba la grúa y empezabas así un periplo por el cual ha pasado todo el mundo a quien se le llevó el coche la grúa del lado francés.
 

Los gendarmes del desalojo indican que el coche está en un depósito de Perpinyà y que antes se tiene que pagar la multa. Y que la multa se paga en la comisaría de El Voló. Advierten que los horarios son hasta las 12 del mediodía y a partir de las 14 horas. Y que no se podrá ir hasta el día siguiente.

Por lo tanto, al día siguiente del desalojo, a las 9 h nos plantamos en la comisaría de El Voló, muy cerca de la entrada en la autopista por donde accedieron los vehículos del bloqueo. Allí no tienen ni idea de lo que les decimos y nos envían a la comisaría de Pollestres. Está a 11 minutos.

Cogemos la carretera secundaria y, una vez allí, nos piden que paguemos la multa. Ni la prensa se salva. En el teléfono hay otro medio de comunicación preguntando cómo anular el pago de la multa y los derivan a la Guardia Civil. Son 135 euros.

En la Gendarmería de Pollestres piden los 135 euros en efectivo, no aceptan tarjetas. El cajero más próximo está dentro del pueblo. A 5 minutos.

Ya con el dinero en efectivo, en la Gendarmería no tienen cambio. Por lo tanto, se tiene que llevar el importe exacto. Pero no lo advierten la primera vez. Por lo tanto, hay que hacer un segundo viaje al cajero para sacar la cantidad exacta o rascar los bolsillos.

Una vez pagada la multa y con el comprobante, hay que ir a Perpinyà. A un cuarto de hora en coche. Los coches están en un depósito próximo al centro penitenciario.

Dos horas después de haber empezado todo el circuito, el coche sale del depósito de la Catalunya Nord.

Tsunami Democràtic está haciendo una caja de resistencia para pagar las multas. El sistema que han implementado para hacer los donativos, aseguran, es totalmente seguro e indetectable y las cantidades oscilan en un abanico de 10 a 100 euros. Para hacer los pagos se ha habilitado una página web y avisan que no se haga ningún donativo que no sea directamente del enlace que sale de sus canales oficiales de Telegram, Twitter o por la aplicación móvil.