Las elecciones de domingo pasado otorgaron a Canarias dos diputados, una de Coalición Canaria -Ana Oramas- y el otro de Nueva Canària -Pedro Quevedo-. Esta vez ambos se presentaron en coalición; el 28-Al partido de Quevedo se aparejó con el PSOE, por lo tanto era más próximo a poder dar apoyo a Pedro Sánchez. En cambio, Oramas ha repetido por activa y por pasiva que nunca avalaría un gobierno que integrara a Podemos. Ahora, sin embargo, CCa ha levantado el veto y apuntan que "no serán un obstáculo".

Para que a Sánchez e Iglesias les salgan los números de la investidura no pueden escatimar ni despreciar ningún apoyo. Cada diputado cuenta. El simple hecho de conseguir que Oramas se moviera de una abstención a un voto favorable es primordial. Si se mantiene en el no o la abstención no sería suficiente con que ERC también se abstuviera, sino que socialistas y Podemos tendrían que arrastrar a Rufián al sí.

Por ahora los canarios no confirman cuál será su posición definitiva, y aseguran que dependerá de la actitud de diálogo que encuentren en el PSOE y, sobre todo, del trato que el futuro gobierno Sánchez-Iglesias quiera dar a Canarias.

La próxima semana, el equipo negociador de los socialistas mantendrá un encuentro con Oramas y Quevedo.