El imán de Ripoll, confidente del CNI y cerebro de los atentados del 17-A, Abdelbaki Es Satty, fue fichado por los servicios de inteligencia españoles el año 2014 a cambio de no ser deportado. Más tarde, fue el mismo CNI quien lo ayudó a ser imán en Ripoll, desde donde radicalizó a los jóvenes autores de los atentados, según publica este miércoles el diario Público.

El año que el CNI lo fichó a cambio de no ser expulsado acababa de cumplir cuatro años de prisión después de ser detenido en 2010 conduciendo una furgoneta con 136 kilos de hachís proveniente de Ceuta. El interés de los servicios secretos españoles se despertó por Es Satty después de que este asegurara que un grupo islamista lo había obligado a transportar la partida de droga, cosa que lo señalaba como posible fuente de información sobre grupos yihadistas.

El CNI, sin embargo, después de los atentados negó que se le hubiera querido captar, sino que sólo se le había interrogado sobre sus contactos con islamistas sin ficharlo. Lo negaron todo aunque se publicara en la prensa: los contactos dentro de la prisión, los informes sobre él o el seguimiento de un posible proceso de radicalización mientras cumplía condena.

Isalamista radical y conflictivo en la prisión

Ahora, Público saca a la luz los documentos que demuestran que los servicios de inteligencia mintieron y, realmente, tenían mucho más controlado a Es Satty. En los informes hecho públicos, se asegura que Es Satty llevó a cabo "actividades proselitistas" sobre otros musulmanes dentro de la prisión, además de mantener un "proceso de radicalización" y ser "conflictivo". Las mismas Instituciones Penitenciarias lo identificaron como "islamista radical" desde su llegada a la prisión.

"No hablaba con los funcionarios. Era extremadamente reservado y actuaba cono líder secundario de Sif [el imán de la prisión] en el grupo de presión que establece la comunidad musulmana en el centro", decía el informe.

Pero de golpe, después de una visita a Ceuta en el 2012 para asistir a su juicio, la cosa cambió completamente. Es Satty pasó a tener un "perfil de actividad muy bajo, no destacando por ningún motivo especial, manteniendo a partir de aquí una actitud completamente diferente". En aquel momento, se valoró que podía ser por el miedo a ser expulsado a Marruecos, pero aunque mejorara el comportamiento no podía evitarlo.

Ayuda extraoficial para evitar la deportación

Después de que la Subdelegación del Gobierno en Castellón decidiera deportarlo, sus abogados lo recurrieron. Y lo más sorprendente de todo, es que Es Satty se presentó a la vista que tenía que decidir sobre el recurso con un certificado de vida laboral de más seis años en España y un contrato de trabajo en vigor. El juez decidió pues que tenía suficiente "arraigo laboral" para quedarse en España como residente. Delante de eso, el diario afirma que "no hay duda que recibió ayuda extraoficial para evitar su expulsión a cambio de convertirse en confidente", como también han confirmado fuentes del mismo CNI.

Estas fuentes, además, aseguran que fue el mismo CNI otra vez quien arregló las recomendaciones y avales necesarios para que Es Satty fuera admitido como imán del oratorio de Ripoll, con la finalidad que desde allí se infiltrara en redes yihadistas europeas.

Investigado antes por la policía

Este, sin embargo, no era el primer contacto de Es Satty con los cuerpos policiales españoles. El año 2005 se lo había relacionado con reuniones de una red de captación y radicalización que operaba desde Vilanova i la Geltrú. Incluso se le llegó a pinchar el teléfono, ya que se le señalaba como uno de los colaboradores estrechos del líder de la célula de radicalización.

Sin embargo, la investigación sobre él se anuló al cabo de poco, solicitando el cese de la intervención del teléfono y asegurando en informes que "no se ha observado que hubiera vinculación con la red de reclutamiento de muyahidines". Después de eso, el juez lo excluyó del auto de procesamiento contra 22 imputados en aquella causa por presuntamente captar yihadistas e incluso ayudar a escapar a algunos terroristas del 11-M.