El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha hecho de la necesidad virtud y ha asegurado esta noche que su partido ha hecho "historia" al entrar con 40 diputados en el Congreso, que lo convierte en "eje de una nueva transición". Con esta elección, ha dicho, "empieza todo". El partido naranja, sin embargo, no ha cubierto sus expectativas: rebasar al PSOE y a Podemos y ganar el segundo lugar para convertirse en la bisagra que decide hacia qué lado se abre la puerta: a la derecha con el PP o a la izquierda con el PSOE.

C's ha obtenido 40 diputados, cifra que no basta a ninguno de sus previsibles aliados para hacer gobierno. No suman para hacer o deshacer y, sin esa dinámica, C's apenas puede respaldar la narrativa centrista que ha querido darse en campaña.

Centro y extremos

Rivera ha comparecido en el Hotel Eurobuilding, escenario de las victorias de la UCD de Adolfo Suárez, con ese relato. Aseguró que se ha confirmado que su partido ocupa el "nuevo centro político" y que desde ese centro serán los "depositarios de la gente de buena fe que quiere que España vuelva a ser decente".

"Estoy convencido de que desde el nuevo centro podremos dialogar con los demás, desde los extremos es muy difícil", ha dicho Rivera, que ha asegurado que no se "les van a caer los anillos por hablar con el que piensa distinto".

En clara alusión a Podemos, ha dicho que sólo ellos, "con un sólo proyecto, sin plataformas, sin círculos, sin coaliciones con separatistas, no a cualquier precio, con un partido, con un proyecto común para España, va a poder dirigir sin duda el rumbo del futuro de este país".

Rivera ha reiterado los puntos de su programa que considera irrenunciables: cambiar la Ley electoral, un Pacto Nacional para la Educación, cambiar el sistema laboral y despolitizar la justicia.

El líder naranja ha sido interrumpido en varias ocasiones por el grito de "¡Yo soy español!", e incluso "¡Presidente!".