Ciudadanos confirma el giro hacia el liberalismo progresista como forma de aspirar a ser una "fuerza de gobierno", en palabras de su presidente, Albert Rivera. La IV Asamblea General del partido ha rechazado la enmienda a la totalidad presentada por un sector de compromisarios catalanes que querían mantener la etiqueta de "socialismo democrático" en su ideario y hacerla compatible con la de "liberales". La votación ha sido secreta –como estos pedían–, pero los 50 votos positivos a la enmienda no han evitado la demolición de los orígenes del partido, frente a 142 en contra.

Rivera cree que esta apuesta servirá para que el partido se ensanche a lo largo del territorio estatal. La convicción lo ha llevado a intervenir hasta dos veces en la ponencia de Valores, donde ha ridiculizado a los que se querían mantener en la socialdemocracia. Según fuentes internas, ha denunciado que eso era más propio de partidos con vocación "autonómica". En la puerta esgrimía que ellos "no eran el PSOE". Hace unos cuantos días habría dicho que había quien se avergonzaba de este concepto, pero la cúpula lo niega. El portavoz en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado, remataba que la socialdemocracia "es una ideología del pasado".

El político catalán está confiado de que existe un nicho en el centro político que pasa por desvincularse del Partido Popular. "Defenderé que el partido se defina como progresista para ganar a los conservadores, pero también que seamos un partido menos intervencionista" que los socialistas. Eso supone un grito de guerra en Madrid, donde la formación naranja se abstuvo para que gobernara Cristina Cifuentes, y también en Andalucía, donde hicieron lo mismo con Susana Díaz.

Síntoma de que habría un nicho en la derecha política es la posición del expresidente José María Aznar, quien se ha quejado a menudo de las subidas de impuestos del ejecutivo de Mariano Rajoy. Las recientes cesiones al PSOE –salario mínimo, pobreza energética– han llevado incluso a algunos opinadores a ironizar sobre un presunto giro a la izquierda de Rajoy. Eso también alimentaba los rumores sobre la creación de un nuevo partido de Aznar.

Rivera lo traída todo atado para evitar ser cuestionado. La enmienda a la totalidad sobre socialdemocracia ha sido vencida con el 75% de apoyo, cosa de esperar porque el partido naranja cambió en noviembre los estatutos para garantizar primarias antes de la asamblea de este sábado y domingo. España Ciudadana, su candidatura, venció con más del 70% de los votos, hecho que le garantizaba que, de 570 compromisarios que se reunían en la cita, tuviese 337 favorables.

El giro de hoy traerá polémica en Catalunya. De los 53 representantes catalanes, 27 querían mantenerse fieles a los orígenes, después de que la candidatura Mejor Unidos venciera, con el 51% de los votos en la ronda previa en territorio catalán, a los otros 26. Los primeros alegaban los éxitos conseguidos, como pasar del cinturón rojo del PSC al cinturón naranja. Es el programa que ayudó a elaborar Francesc de Carreras, que ya no se encuentra entre las filas naranjas.

El exdiputado del Parlament Jordi Cañas se había alineado con ellos, pero después de la votación buscó cerrar filas con la cúpula de Rivera. "Ha ganado [Juan Carlos] Girauta porque es mejor", ha afirmado con tono afectivo. "Llevamos diez años y seguiremos con fuerza. Solo queríamos que nos reconocieran de dónde venimos. De hecho, es lo mismo, porque defendemos el social-liberalismo, que es un intermedio entre liberalismo progresista y socialdemocracia. No había una gran diferencia", ha concluido.

La peor parte será para Inés Arrimadas, porque ERC empieza a ocupar la centralidad política catalana, dentro de un espectro desplazado hacia la izquierda por los Comuns, la CUP, el PSC y la hipótesis de que el PDeCAT –todavía en refundación– bascule hacia el social-liberalismo. Arrimadas puede perder votos en ese espacio porque se los disputa con los Comuns en la corona metropolitana. Contrariamente, puede ganar otros en el antiguo catalanismo convergente, de corte conservador y liberal.

Gobiernos y Suárez

La Asamblea General ha tumbado una enmienda a la totalidad que proponía entrar en gobiernos "poco a poco" y otra parcial que lo decía "inmediatamente". Se ha secundado la idea de Rivera que es mejor que los cargos públicos de Ciudadanos vayan cogiendo experiencia en las instituciones y esperen al siguiente ciclo electoral -2019 en el caso de los comicios autonómicos y municipales- para participar en gobiernos de coalición. Esto tiene una lectura también para la legislatura de Rajoy, donde la formación naranja podría aspirar a ministerio a partir de esta fecha o en caso de elecciones.

En ese orden de cuestiones también se ha permitido que se pueda seguir citando a Adolfo Suárez, ya que algunos sectores del partido creían que había que dejar de hacerlo.