Las líneas rojas desaparecen si se trata de salir, como esté, en la fotografía. Esta parece ser la estrategia de Ciudadanos, que este jueves ha participado de la ronda de contactos iniciada por el Gobierno para negociar los presupuestos del Estado. Después de reunirse con la ministra María Jesús Montero (PSOE) y el secretario de Estado Nacho Álvarez (Podemos), la formación de Inés Arrimadas se ha mostrado abierta a negociar las cuentas públicas, aunque en paralelo también se acuerde con formaciones como ERC o EH Bildu. La prioridad, justifican desde el partido, es el qué y no el quién. Los republicanos, sin embargo, no se han movido de su línea roja por ahora.

En rueda de prensa después de la reunión "cordial y constructiva" con Montero y Álvarez este jueves por la mañana, Edmundo Bal ha justificado este nuevo posicionamiento porque el Gobierno ha "respetado" las "líneas naranjas" de su formación. Por lo tanto, se sentarán "por responsabilidad", porque toca "salvar puestos de trabajo". No obstante, ha visto "incompatible" un acuerdo final con Ciudadanos y ERC al mismo tiempo. "ERC y Ciudadanos son dos opciones políticas francamente incompatibles", ha sostenido Bal. Ha trasladado la pregunta a los republicanos: ¿querrán participar de unas cuentas influenciadas por Cs?

Según ha explicado el portavoz de la formación en el Congreso, han quedado con Montero y Álvarez en celebrar una segunda reunión, después de este primer encuentro formal breve, para trasladar "propuestas constructivas".

Recurso contra la inmersión

Más allá de los presupuestos, Ciudadanos vuelve a sus clásicos. Edmundo Bal ha señalado que su formación recurrirá ante el Tribunal Constitucional la enmienda pactada entre el PSOE, Unidas Podemos y ERC para blindar la inmersión lingüística en la ley de educación de la ministra Isabel Celaá. Irán a los tribunales, ha sostenido, "para defender la libertad de los padres de educar a los niños en la lengua que deseen". Ha garantizado que seguirán "luchando por la libertad de elección de lengua".