Después de conseguir que la Junta Electoral de Barcelona obligara al Ayuntamiento de la capital catalana a retirar la pancarta que pedía la libertad de los presos políticos, y después de sumar fuerzas con el PP para exigir que la alcaldesa Ada Colau elimine la iluminación amarilla de fuentes y edificios públicos "para que no interfiera" en la campaña para las elecciones del 21-D, ahora el líder de Cs, Albert Rivera, no se ha cortado ni un pelo en Herrera en Cope a la hora de amenazar con más acciones a la Junta Electoral.

Rivera, que ha justificado la amenaza bajo el argumento que "no puede ser que en plena campaña, en los ayuntamientos, que son de todos, se haga apología de unas listas o simbología política", ha aprovechado la ocasión para cargar contra TV3 porque, según su opinión, "no es solo con que haga apología de la independencia", sino que también "nos cuesta dinero a los catalanes". TV3, la televisión pública a la que la Junta Electoral Central ya ha prohibido usar expresiones como "Govern en el exilio", "president Puigdemont" o "consellers encarcelados".

Aparte de eso, y todavía dentro de las amenazas de Rivera contra según qué símbolos, el presidente del partido naranja ha asegurado haber recurrido a la Junta Electoral la cuestión sobre las esteladas en los ayuntamientos porque, según ha puesto como ejemplo, "es como si yo colgara una bandera de Cs en los ayuntamientos" donde ellos gobiernan, es decir, en ninguno en toda Catalunya.

Izquierda-derecha

Y no sólo eso. Rivera ha presumido —otra vez— de ser el único partido que puede tender la mano tanto a la izquierda como a la derecha y más ahora que Catalunya "necesitará mucha solidaridad, diálogo y talante para volver a la normalidad". De hecho, el sábado, en un acto que podía parecer perfectamente de campaña, el presidente de Cs ya ofreció su apoyo al PP y al PSC y, ayer, el líder del PP catalán, Xavier García Albiol ya soltó en TV3 que la noche del 21-D obligará a los de Inés Arrimadas y los de Miquel Iceta a encerrarse en una habitación y pactar.

Precisamente por eso, y en un tono electoralista como ya empieza a ser habitual en su día a día, Rivera ha salido en defensa de la líder del partido a Catalunya poniendo encima de la mesa que "su misión principal y de su equipo será coser la herida que los nacionalistas han creado entre los catalanes". Ahora bien, siempre esperando a que "la presión de los votantes del PSC y el sentido común haga que finalmente Pedro Sánchez y Miquel Iceta rectifiquen y los constitucionalistas sumemos".

En este sentido, ha lanzado un mensaje a Podemos intentando buscar, también, su apoyo y deseando que los de Pablo Iglesias "sepan leer la realidad social de España y de Catalunya en concreto y escuche a sus votantes". Aparte de eso, su implicación en las elecciones del 21-D está clara para él: "Me juego la convivencia en mi tierra y mi nacionalidad".