El debate de primarias del PSOE transcurría dentro de los márgenes de lo políticamente correcto en medio de un clima de tensión silenciosa, hasta que el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, señaló una serie de contradicciones de la presidenta Andalusa, Susana Díaz, en torno a su discurso sobre Catalunya. Díaz explotaba con un "no mientas, cariño", y se abría la veda de reproches entre los dos archienemigos, cuanto al modelo territorial y la plurinacionalidad. El madrileño se ha erigido como el defensor de la "nación de naciones" sin derecho a decidir, y la andaluza, como defensora del federalismo y la "igualdad" territorial.
Sánchez llegaba cargado de papeles, gráficos y datos que ha desplegado como una caballería armónica para fisurar el discurso sobre la unidad de España de su contrincante. El exlíder de Ferraz recordaba que Díaz dio apoyo al Estatut tumbado de Catalunya; más tarde afirmó hace unos años que la soberanía era "indivisible" pero se podría negociar el término "nación"; y finalmente habría aprobado un informe de la fundación Alfonso Perales, donde se hablaba de España como una "nación de naciones" y se abogaba por la plurinacionalidad. "Podría decir todo eso, pero no lo haré", se ha vanagloriado, arrancando la risa de los periodistas allí aplegados.
La andaluza se removía en el atril y denunciaba las "mentiras" del madrileño, acusándole de oportunismo. "A todos nos gusta ganar, pero no podemos decir a la gente todo lo que quiere escuchar. No podemos tener 19 discursos, uno para cada comunidad", aseguraba, tras afirmar que no sería cierto lo que había expuesto Sánchez. Díaz ha insistido sobre que nadie dudaba de que ella no se había movido de la declaración de Granada del PSOE, que aboga por el modelo federal. Eso le ha permitido denunciar el discurso del madrileño sobre reformar la Constitución para incluir la plurinacionalidad. "Ha sido muy imaginativo hablar de nación de naciones culturales, no se lo había escuchado a nadie", ha cerrado.
Pero Sánchez se ha sacado entonces el as de la manga y le ha recordado que el propio expresidente Felipe González –símbolo de la candidatura de Díaz, emblema del socialismo y la vieja guardia– también hablaba hace más de tres décadas de "nación de naciones", lo que él secundaba para España. Por ese motivo, ha disparado contra la andaluza y los comentarios polémicos de hace unos meses, cuando dijo que los ahorros de los andaluces "no podían ir para los catalanes". La andaluza ha intentado amortiguar el golpe, y se ha vuelto con que el socialismo no era "nacionalista, sino internacionalista".
Ante un careo polarizado que pivotaba sobre el término "nación", Patxi López ha intentado disuadir el enfrentamiento. "¿Este es el debate? El poder no emana de un único punto, estamos aquí para discutir el proyecto del PSOE", ha irrumpido.
La abstención y los "bandazos"
Como explicaba El Nacional, Sánchez ha expuesto el discurso del 'derribado', y Díaz ha señalado las contradicciones del exsecretario general a lo largo de las negociaciones de investidura, y a posterior.
El madrileño ha insistido sobre que si era escogido el día 21 de mayo promovería la salida de Mariano Rajoy, pues era una "manzana podrida". Ha asociado en todo momento la abstención de la gestora con Díaz y los hilos que podría haber movido ésta al respecto. Aquí ha exhibido un gráfico donde se muestra que su rival es la preferida de los votantes del Partido Popular, y él, el candidato que podría ofrecer unos resultados electorales más altos –según una encuesta del diario El Mundo publicada este domingo.
La andaluza se ha vuelto que el PSOE habría perdido la identidad con sus "bandazos", tras pactar primero con Ciudadanos para una investidura fallida, y más tarde, asegurando que podría hacerlo esta vez con Pablo Iglesias. "¿Qué quieres hacer con Podemos, Pedro?", ha dicho para señalar que Sánchez se había distanciado ahora de querer pactar con las "fuerzas de izquierda" –como ilustra en su programa. Ella se ha reivindicado como un partido "ganador", pese a que "muy malito", pero que no tenía previsto actuar como muleta del PP, ni de Podemos.
El fuego cruzado se ha encendido nuevamente, después de que la presidenta de Andalucía afirmara que el "problema" de Pedro no era ella, sino él mismo, ya que incluso los expresidentes González y Jose Luis Rodríguez Zapatero habrían dejado de estar a su lado. El exsecretario general se reía, conforme lo oía, y le ha respondido que el PSOE era ahora un partido de notables –donde "cuatro toman las decisiones"– y había que "devolverlo" a la militancia. Finalmente, ha añadido que Díaz no había presentado su programa –lo hará el martes–, y la ha instado a hacerlo antes de la votación de primarias –levantando de nuevo las risas de la sala.
¿Y López?
El exlehendakari vasco ha intentado hacerse un lugar en medio de la confrontación. En cierto momentos se ha posicionado al lado de Susana para atacar a Pedro, sobre todo cuanto a las múltiples referencias a la abstención que el madrileño ha hecho. "No nos tenemos que derrotar entre nosotros, sino a la derecha", ha expuesto. López ha instado a mirar hacia el futuro y no acercarse a "la izquierda artificial" –en alusión a Podemos– sino que ha abogado por empezar a llevar a cabo acciones para cambiar a través del BOE las políticas de Rajoy, mediante una "izquierda necesaria". No se ha privado, sin embargo, de pedir otro debate, los próximos días.