El acuerdo de Junts pel Sí y la CUP para investir hoy a Carles Puigdemont podría tener un impacto indirecto en la investidura del presidente del Gobierno español. La próxima semana, el 13 de enero será el día previsto para que se conforme la presidencia y la Mesa de las Cortes. Desde entonces, el rey Felipe VI tendrá dos semanas para proponer candidato a la Moncloa.

En este escenario, el voto en negativo o la abstención de los partidos independentistas –Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Democràcia i Llibertat (DiL)- puede ser determinante para bloquear o facilitar la investidura. En un escenario donde el procés continúa su marcha, las formaciones que lo representan podrían tratar de evitar obstáculos y jugar sus cartas.

ERC y DiL, determinantes

La Gran Coalición de Partido Popular (PP) y Partido Socialista (PSOE) quedó descartada esta semana, por parte de Pedro Sánchez. Asimismo, ya mostró su disposición a votar en contra de Mariano Rajoy, o cualquier candidato del PP, por lo que una alianza entre Ciutadans-PSOE-PP tampoco sería viable.

En este escenario, la única opción del Partido Popular (PP) sería conseguir la colaboración de Ciudadanos (C's) –que suman 163 escaños– con los votos, al menos, de alguno de los independentistas: de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Democràcia i Llibertat (DiL), además de otros nacionalistas, para llegar a los 13 escaños, necesarios para la mayoría absoluta. Sin embargo, con el procés en marcha, hoy la posibilidad sería nula.

Por su parte, el Partido Socialista (PSOE) también los necesitaría como aliados. "Para las dos posibles investiduras que no pasan por el PP hace falta la colaboración de ERC y DiL". Así lo cree el doctor en Ciencia Política por la Universidad de Harvard, Pepe Fernández-Albertos. Los dos escenarios que menciona son "un pacto de izquierdas -Podemos y PSOE- o la investidura de este con complicidad de C's, poco probable".

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Coalición a la portuguesa

En el caso de explorar una coalición de izquierdas, como ha hecho Pedro Sánchez esta semana, los independentistas tendrían la llave de la gobernabilidad. PSOE y Podemos suman 159 escaños, a que hacen falta 17 más. Precisamente, los mismos escaños de ERC más DiL.

Ahora bien, para Pablo Simón, doctor en Ciencia Política y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, no es descartable que partidos como "Coalición Canaria o Partido Nacionalista Vasco dieran apoyo al PSOE". Pero ni en este caso, sumarían lo suficiente. A una alianza con Unidad Popular, o in extremis, con Bildu, los cuatro partidos sólo suponen 11 escaños, y no 17.

Pero según Simón, la comparación con Portugal no es "adecuada". En el país vecino, el sistema de partidos es más "homogéneo", y el bloque de izquierdas superaba en escaños la derecha de Pedro Passos Coelho. Por eso, lo tumbó del gobierno mediante una moción de censura. Al mismo tiempo, no había partidos con líneas rojas, como el referéndum que Pablo Iglesias prometió. Esta, otra vía indirecta de influencia del procés en la investidura, que dificulta el acuerdo con los socialistas.

Frente antiindependentista

Ahora bien, para Fernández-Albertos "ni en el escenario más rupturista" –cómo es el avance del procés–, "vería a un PSOE abrazando una gran coalición con el PP como respuesta". El analista del blog Piedras Papel considera que "el 20D demostró que el peso de la cuestión catalana sobre el electorado no catalán está sobredimensionado".

Es decir, que puede no tener una afectación tan elevada para los pactos –y sus implicaciones– como se cree. Esta valoración podría anular la creación de un frente antiindependentista del PP-PSOE, o Ciudadanos-PP-PSOE, como se ha especulado entre la opinión pública. Así, el escenario de un PSOE explorando la izquierda podría tener más números. Pero si DiL y ERC no encuentran apoyo a sus demandas en Sánchez, podrían bloquear la investidura.

El callejón sin salida

Pablo Simón considera que "reeditar los comicios en España tampoco llevaría a un escenario de más fácil pacto". Una segunda vuelta generaría que la participación electoral seguramente bajara, como muestra la experiencia en estos casos. Al mismo tiempo, se podría producir un movimiento de votos intra bloques , y no entre bloques que no sacaría al país del callejón sin salida.

Es decir, "Si el PP juega la carta de la ingovernabilidad" –y se presenta como el actor que con una mayoría absoluta puede garantizarla– "podría haber un trasvase de voto desde C's hacia populares". Al mismo tiempo, los votantes, "conscientes de que el sistema electoral perjudica Ciudadanos", y le es más costoso obtener escaño, pueden decantarse por PP.

Para el PSOE, todo dependería de su actuación antes de los nuevos comicios. "Los votantes podrían castigar una lucha fratricida dentro de los socialistas". Incluso, los perjudicaría que el electorado "considerara que se ha llegado a unas nuevas elecciones porque este ha dificultado la formación de gobierno". Quizás, esta explicación ayudaría a entender el viaje de Pedro Sánchez en Portugal esta semana, para explorar la coalición de izquierdas.

En cualquier caso, sus votos perdidos irían a Podemos, generando este desplazamiento dentro de cada fuerza. La llave, nuevamente, podría estar en los partidos nacionalistas, a quien el viento podría soplar a favor en la nueva fase del procés.

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