El Gremio de Pastelería de Barcelona calcula que se venderán en torno a 910.000 roscones de Reyes en todo Catalunya, en esta línea, se prevé que las las ventas crezcan un 2% respecto al año anterior. El secretario del Gremio, Antoni Bellart, que ha participado este martes en la presentación del cupón del ONCE del día de Reyes ha asegurado que este crecimiento se debe a que en el 2018 la festividad cae en fin de semana, por lo tanto los días de venta y de consumo se pueden alargar. "Hace dos años que tenemos crecimiento de ventas, ha asegurado el presidente del Gremio, Elies Miró, y lo atribuimos a la recuperación económica y, sobre todo, a una retasación evidente del producto artesano, más saludable, sin conservantes ni colorantes artificiales y recién hecho".

En el acto de presentación del cupón, los miembros del gremio han aprovechado para reivindicar el roscón artesano ante el industrial, recordando las características principales que los diferencian. El roscón de Reyes de pastelería, que consiste en una pasta de brioche rellenada de mazapán, nata, crema o trufa con forma circular, siempre está hecho a mano la noche anterior a su venta, implicando entre 10 y 12 horas en su elaboración. Además, siempre lleva azúcar esponjado, un tipo de azúcar natural que se elabora en pastelerías artesanas, a diferencia del azúcar de los roscones industriales, y lleva fruta confitada de calidad y fresco.

El roscón artesano de mazapán, que según el Gremio suele costar entre los 20 y 25 euros para 4-6 personas, sigue siendo el más demandado, pero la adaptación a las nuevas tendencias de consumo ha hecho que surjan nuevos rellenos, como el de crema o trufa. "La única manera que tenemos de luchar contra el producto industrial es ofrecer un producto totalmente natural y recién hecho, porque en precio no podemos ganarlos", ha dicho Bellart, que reconoce que "el roscón industrial también cubre las necesidades de otro tipo de mercado", ya que puede costar en torno a 6 euros.