A las nueve de la mañana han abierto los colegios electorales en las nueve provincias de Castilla y León, la mayor región de España, más extensa que Portugal. Más de dos millones de personas están convocadas este domingo a las urnas después de una precampaña y campaña donde se ha hablado de todo, desde ETA, EH Bildu y ERC hasta la remolacha, el vino y las macrogranjas. Y las distintas encuestas, incluidas dos del CIS, que se han publicado hasta hace cinco días dejan todos los escenarios abiertos. Y no se parecen nada a los que tenía el presidente Alfonso Fernández Mañueco en la cabeza, que adelantó los comicios para intentar "hacer un Ayuso".

Quería ser una jugada maestra: romper el gobierno de la Junta con Ciudadanos para perseguir la mayoría absoluta. Y puede acabar siendo un fiasco: a medida que han ido saliendo las encuestas, el PP se ha ido desinflando después de décadas gobernando la región. Tanto se ha desinflado, al menos en los últimos sondeos, que ni siquiera el auge de la extrema derecha de Vox podría servir para formar una mayoría de gobierno. Y Ciudadanos ya ha advertido que, en caso de sobrevivir, no va a dar sus votos a Mañueco.

Sin embargo, con unas Cortes que se esperan muy fragmentadas, una posible alternativa liderada por el socialista Luis Tudanca estaría en manos de las formaciones pequeñas, algunas nuevas. Es el caso de la España Vaciada, que ha presentado candidaturas en cinco de las nueve provincias. Podrían obtener hasta dos escaños por Soria. También es el caso de Unión del Pueblo Leonés, una formación histórica que defiende la separación de León de Castilla para formar la decimoctava comunidad autónoma. Podrían igualar su mejor resultados histórico, con tres procuradores. Ni España Vaciada ni UPL han garantizado el voto a ninguno de los dos presidenciables y la cosa puede ir de sus pocos escaños.

La participación es una de las grandes incógnitas. En circunscripciones muy pequeñas, donde los escaños dependen de muchos pocos votos, un gran movimiento puede tener repercusiones en los resultados. El tiempo de este domingo no acaba de acompañar. Tampoco ayuda el hecho de que, a diferencia del 2019, estas elecciones autonómicas adelantadas por Mañueco no coincidan con las municipales.

En juego en Génova

Pedro Sánchez tiene poco que perder: hace 35 años que el PSOE no gobierna esta comunidad autónoma. Muy diferente es la posición de Pablo Casado al frente de Génova. Si el PP no consigue retener la Junta de Castilla y León, sería un absoluto desastre, sin paliativos. Pero tampoco es mucho más esperanzador si se mantienen en el poder, porque muy probablemente estarían en manos de la extrema de Vox, que exigiría entrar en el gobierno e hipotecaría la dirección estatal del partido. La madrileña Isabel Díaz Ayuso, que siempre va a la suya, ya ha marcado el camino durante esta campaña: "Si hemos de pactar, prefiero a Ortega Lara que a quienes lo hacen con sus secuestradores", en referencia a EH Bildu.