Después de salvar los muebles cuando muchos lo daban por muerto, Pablo Casado ha salido triunfalista de las elecciones del 28-A. Después de recibir el apoyo de sus barones, el presidente del PP ha proclamado este lunes desde Génova que "ha empezado la remontada". Se ha situado los próximos cuatro para culminar la recuperación. Mientras tanto, aspira a trasladar la vía andaluza a las comunidades autónomas donde sea posible, como en Madrid. Curiosamente, aunque se le ha preguntado, ya no ha utilizado el término "extrema derecha" para referirse a Vox, cuyos votos necesitará. Sí que los describió así después de la derrota de las elecciones generales.

El dirigente conservador se ha referido a la formación de Santiago Abascal como un partido que está "a la derecha del PP", nada más que eso, y ha subrayado que "no es peyorativo". La inminencia de elecciones ha hecho rebajar el tono, después de que Vox haya advertido de que no aceptará descalificaciones si quieren su apoyo. Casado ha esquivado la pregunta sobre si los ultras tendrían que entrar en los gobiernos populares, aunque ha defendido la vía andaluza de pacto PP-Cs con apoyo externo de Vox. "El límite será la Constitución", han precisado fuentes de su entorno.

Después de las elecciones de este domingo, Pablo Casado ha subrayado que tienen posibilidades de formar gobiernos en Madrid, Murcia, Castilla y León, Aragón y Navarra. Ha puesto Andalucía como ejemplo a seguir de negociaciones. "Demostramos que no había que renunciar a nuestros principios, valores y líneas programáticas", ha sostenido.

La iniciativa de las negociaciones, ha explicado el presidente estatal del PP, irá a cargo de los respectivos candidatos autonómicos, pero contarán con el apoyo de un equipo formado por el secretario general Teodoro García Egea y el vicesecretario general Javier Maroto, que "acompañarán" las conversaciones.

Casado ha descrito la campaña europea, municipal y autonómica como "acertada", porque les ha permitido recuperar una pequeña parte del terreno perdido, y ha advertido que "hoy empieza todo". A pesar de todo, ha dejado claro que hará falta todo un ciclo electoral de cuatro años para volver al lugar donde estaban. Ha reclamado una "refundación del centroderecha", imprescindible para volver al poder en España. Ha atribuido la bajada previa a "casos pasados de corrupción, la gestión de la crisis territorial y la gestión de la crisis económica", pero en ningún caso "imputable a los candidatos o al proyecto".

La "peor noticia" del 26-M, ha lamentado el líder del PP, ha sido la "irrupción de los independentistas" en las elecciones europeas. "Será más importante que nunca nuestra tarea de contrapeso", ha defendido en este sentido. Ha aprovechado para anunciar que este martes también pedirán la suspensión de Raül Romeva como senador.