Ya se despidió oficiosamente del Congreso de los Diputados hace un mes, en la sesión de control con Pedro Sánchez. Y hoy Pablo Casado se ha despedido del Partido Popular. Lo ha hecho anunciando que no sólo dejará la presidencia sino también su escaño en el Congreso de los Diputados y renunciará a cualquier responsabilidad orgánica dentro de la formación. "Creo que lo mejor es que dé un paso al lado", ha admitido el presidente saliente del PP, que este fin de semana cederá el testigo a Alberto Núñez Feijóo. "Me voy pero volveré para todo lo que necesitéis", ha prometido el líder conservador decapitado. Se ha llevado una larga ovación de los mismos que le han empujado fuera de Génova 13.

Ha empezado su intervención admitiendo que durante las últimas semanas ha tenido un "sentimiento agridulce", en primer lugar de "injusticia" y después de "gratitud". En cualquier caso, Pablo Casado dice marcharse con la "satisfacción del deber cumplido", con la conciencia tranquila: "Adolfo Suárez escogía siempre el camino difícil para que la comodidad no escogiera por él. Y yo, después de mirar a los ojos a miles de compatriotas, me reafirmo en que ha merecido la pena". En primera fila, en la misma sala, había su archienemiga Isabel Díaz Ayuso. Los dos no se han intercambiado una sola mirada; todavía menos se han abrazado o simplemente saludado.

 

Como ya hizo después de renunciar a presentarse al congreso extraordinario, Pablo Casado ha dejado claro su apoyo a Alberto Núñez Feijóo, a quien pidió que se presentara: "Desde hoy abrimos una nueva etapa al partido y yo seré el primero en apoyarte. Alberto es un buen gestor y un buen amigo. Podrás contar conmigo siempre, esté donde esté, para lo que necesites y en lo que pueda ser útil". Y ha añadido: "Mientras tanto, mantendré la prudencia castellana que un gallego sabe valorar". Ha acabado deseándole "suerte, aciertos y éxito". Al acabar, ha recibido una gran ovación del auditorio.

A pesar de todo, el presidente saliente, decapitado, ha tenido un recibimiento frío, sobre todo si se compara con el de la madrileña Isabel Díaz Ayuso. Casado ha llegado a la Feria de Sevilla ha llegado después del remanso para comer. Cuando ha entrado en el auditorio, los presentes lo han aplaudido tímidamente, pero nada que ver con lo que ha pasado con la llegada del expresidente Mariano Rajoy o de la misma Ayuso.

La advertencia de Ayuso

Ya pasó en la convención del pasado octubre en València. Seis meses más tarde, la historia se ha repetido en Sevilla: Isabel Díaz Ayuso ha sido recibida con ovación y aplausos en el congreso extraordinario del Partido Popular, más que nadie más. Ella no tenía que ser la protagonista, pero ha eclipsado a todo el mundo, incluso al gallego Alberto Núñez Feijóo que tiene que asumir las riendas de la formación. Su discurso, uno de los más esperados, ha estado a la altura de las expectativas. Esta vez ha cargado contra lo que ha bautizado como "ecofeminismo resiliente empoderado con perspectiva de género sostenible" y ha denunciado que hay españoles a quienes se "priva" de poder estudiar en castellano. Y también ha tenido un mensaje para Feijóo: "No nos hemos reunido aquí simplemente para ganar un congreso, sino para ganar elecciones".