Italia y Malta han cerrado las puertas a los inmigrantes del Aquarius y el flamante gobierno español de Pedro Sánchez ha corrido a ofrecerse a acoger a las 629 personas que viajan a bordo. Abrir las fronteras a estos inmigrantes, actualmente en aguas entre Malta e Italia, es una cuestión humanitaria. Dentro del barco hay 11 niños pequeños, 123 menores no acompañados y más de 80 mujeres, siete de las cuales están embarazadas. Además, según Médicos sin Fronteras, muchos necesitan atención médica urgente.
Ahora bien, la acogida de los inmigrantes en el estado español ha cogido cierta forma de carrera por hacerse con la medalla de la solidaridad. Después de un fin de semana donde los gobiernos de Malta e Italia se han negado a ofrecer un puerto seguro donde acogerlos, este lunes ha sido el mismo Pedro Sánchez quien ha dado instrucciones para que el puerto de València acoja el barco. Además, el presidente del gobierno español no descarta desplazarse hasta el País Valencià para recibirles en primera persona si consiguen llegar.
He dado instrucciones para que España acoja al barco #Aquarius en el Puerto de Valencia. Es nuestra obligación ofrecer a estas 600 personas un puerto seguro. Cumplimos con los compromisos internacionales en materia de crisis humanitarias.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) 11 de junio de 2018
Además de València, también se han ofrecido a dar acogida a los inmigrantes libios Catalunya, Madrid, Navarra, el País Vasco o Extremadura.
De hecho, antes de que Sánchez diera órdenes de acoger a los inmigrantes en València, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ya había ofrecido el puerto de la capital catalana como punto de llegada. También lo ha hecho el president catalán, Quim Torra, que ha reiterado que Catalunya está preparada para recibir a 1.800 refugiados.
Presidente @sanchezcastejon es el momento de revertir las política anti-personas del PP y que el nuevo gobierno cumpla con sus obligaciones en materia de DDHH. Se trata de salvar vidas humanas. Barcelona se ofrece como puerto humanitario #Aquariushttps://t.co/vvc48dWJDQ
— Ada Colau (@AdaColau) 11 de junio de 2018
Desde el Gobierno nos ofrecemos a acoger a los más de 600 refugiados de l'Aquarius'. Reiteramos el ofrecimiento que ya hizo en marzo del 2016 el presidente @KRLS. Estamos preparados para recibir a 1.800 refugiados entre instituciones y entidades de todo el país. 600 directamente para|por la Generalitat.
— Quim Torra y Plan|Plano (@QuimTorraiPla) 11 de junio de 2018
A los ofrecimientos también se ha sumado la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, así como los gobiernos de Navarra, Euskadi y Extremadura.
Feliz ante la respuesta del Gobierno español sobre el #Aquarius. Era de sentido común escuchar la voz de tantas personas, organizaciones y ayuntamientos –como Valencia, Barcelona o Madrid– que han reclamado esa humanidad tan necesaria. Les recibiremos con los brazos abiertos.
— Manuela Carmena (@ManuelaCarmena) 11 de junio de 2018
Acabo de comunicar al gobierno nuestra disposición para acoger en Extremadura a una parte de las personas que se encuentran en el Aquarius.
— Guillermo Fdez Vara (@GFVara) 11 de junio de 2018
Después de este ofrecimiento, los reconocimientos al estado español no se han dejado de suceder. Los primeros en agradecerlo han sido Italia y Malta, que habían evitado llevarse el problema. De hecho, el ultra Matteo Salvini, ministro del Interior de Italia, lo ha calificado de "victoria". Unas declaraciones muy polémicas teniendo en cuenta que se trata de un barco a la deriva con más de 600 vidas a bordo.
A partir de aquí, los agradecimientos a España no se han dejado de suceder. La Comisión Europea lo ha calificado de "solidaridad real" y también ha aplaudido la decisión el Consejo de Europea, así como la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), la Cruz Roja o Unicef.
Ahora bien, de momento todavía no está claro que el barco Aquarius pueda llegar a València. Médicos sin Fronteras ha alertado de que es "inseguro" que la embarcación navegue hasta València. El barco supera su capacidad máxima y podría ser peligroso.
Por ahora, el barco continúa entre Malta e Italia, países que les han vetado la entrada, y ya lleva dos días con los inmigrantes rescatados en alta mar. Fuentes de dentro del barco aseguran que no han recibido más instrucciones ni se les ha facilitado ningún puerto seguro, teniendo en cuenta que el de València quedaría demasiado lejos para navegar en el barco actual.