De la carne de las macrogranjas a las comidas fuera de casa. El ministro de Consumo, Alberto Garzón, encadena polémicas con sus iniciativas. Más allá de estar más o menos acertado, es evidente que la chispa no se enciende ahora por casualidad. La ofensiva le viene dada, especialmente, desde el Partido Popular y a las puertas de las elecciones en Castilla y León del 13 de febrero. Así, los populares centran sus miradas contra Garzón para, de rebote, cargar contra el gobierno de Pedro Sánchez. La última propuesta de Garzón es favorecer la comida de fiambrera fuera de casa. La respuesta del PP no ha tardado ni 24 horas y tildan al ministro de querer atacar la restauración del país.

La campaña de Garzón lleva por lema "Como en casa no se come en ningún sitio". Y a partir de aquí, ofrece una alternativa basada en la fiambrera clásica: "Pero si lo tienes que hacer en la oficina o la universidad y quieres comer 'casero', sigue estos consejos a la hora de almacenar y trasladar tus tápers". El presidente popular de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha replicado: "Después de atacar al sector cárnico, Garzón ataca ahora a los hostaleros. En los restaurantes de España y Castilla y León se come de primera categoría. Defiendo a los autónomos, los hoteleros y los restauradores. Sánchez no puede sostener ni un minuto más en el gobierno a un ministro que daña sistemáticamente a nuestros sectores productivos. Garzón sobra en el gobierno de España, sobra como ministro del sector del país".

De momento, silencio de Garzón, que se ha limitado a publicar la iniciativa del ministerio que preside. También han elaborado una lista de consejos y cómo leer correctamente el etiquetado de los famosos tápers: "Seguro que reconoces todos estos iconos que aparecen en los recipientes de vidrio y plástico. Sin embargo, ¿conoces el significado?", escribe en Twitter la página oficial de Consumo. Y subrayan que es mejor hacer un uso de los envases de vidrio: "Son más higiénicos, más sostenibles y más cómodos".

En paralelo a la "nueva crisis" con la fiambrera, Garzón intenta frenar el otro frente abierto. Ayer se reunió con representantes de la Federación Española de la Dehesa, Ramadería Extensiva y Ganaderas en Red para "compartir impresiones sobre la situación actual de la ganadería tradicional y la necesidad de protegerla delante del modelo de macrogranjas", según publicó el propio ministro. Este sigue atravesando la tormenta. Garzón ha considerado que sus declaraciones en The Guardian fueron "impecables" y ha asegurado que la polémica a raíz de estas forma parte de una "mentira promovida por el lobby cárnico que las derechas impulsan por intereses partidistas" y de cara a las elecciones autonómicas. "No les saldrá nada bien esta jugada, porque el modelo de las macrogranjas está ampliamente cuestionado en el mundo rural", ha señalado al respecto, para cargar contra el PP y el candidato del partido en Castilla y León, a Alfonso Fernández Mañueco. Además, Garzón ha señalado que sus declaraciones no son una expresión personal, sino una línea de trabajo en la cual su ministerio hace tiempo que se enfoca. "Estamos firmemente convencidos de la necesidad de abordar esta temática", ha manifestado.

El ministro ha adelantado que volverá a posicionar en contra del modelo de macrogranjas, incluso después del alboroto que ha generado su entrevista. "No es la primera vez que lo decía y no será la última", ha remarcado. Ha considerado que su discurso no gusta a algunas grandes compañías. "Sabía que lo que tenía que cambiar no les gustaría a muchas grandes empresas, con muchos recursos, contactos; y todo discurre dentro de lo que se esperaba. Nos votaron para transformar a la sociedad y estas grandes empresas no quieren transformar a la sociedad, y es legítimo. Pero a nosotros nos votaron y a las grandes empresas, no", ha afirmado.