La rebelión ha pasado a mejor vida en la causa contra los líderes independentistas, pero las consecuencias de haberlos acusado de este delito han sido palpables, empezando por los encarcelamientos preventivos y acabando por la suspensión cautelar del ejercicio de cargos públicos de los afectados. Conocida la sentencia, las derivadas se extienden a varios flancos. Sin ir más lejos, Pablo Llarena ha tenido que levantar la suspensión de Carles Puigdemont y el expresident ya ha pedido a la Mesa del Parlament que restituya sus derechos de diputado.

El 10 de julio del año pasado, el juez le suspendió a él y a los diputados presos Oriol Junqueras, Jordi Sànchez, Raül Romeva, Jordi Turull y Josep Rull en aplicación del artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal. Les dio la posibilidad de ser sustituidos, una opción a la cual se cogieron los diputados de ERC y que abrió una importante crisis de confianza entre los socios de Govern. Toni Comín quedó al margen porque estaba pendiente de un recurso y por lo tanto no se le ha aplicado nunca la suspensión. Tras las elecciones españolas del 28-A, Sánchez, Junqueras, Rull y Turull dejaron su escaño del Parlament para coger el acta del Congreso. Por lo tanto sólo Puigdemont, Romeva y Comín mantuvieron el asiento en la cámara catalana.

Este martes la Mesa del Parlament ha recibido la notificación del levantamiento de la suspensión de Puigdemont. Y a través de Junts per Catalunya, el expresident ha decidido solicitar que se le rehabilite, tanto con respecto a su derecho políticos como económicos. Eso significa que reclamará cobrar el sueldo de parlamentario de manera retroactiva y que pedirá poder ejercer su voto a través de la delegación en algún compañero de su grupo.

Fuentes de Junts per Catalunya explican a ElNacional.cat que eso implica que Puigdemont podría volver a ser investido. Puntualizan, eso sí, que de momento la intención no es volver a presionar ERC. Ahora bien, aseguran que se reservan la carta.

La sentencia afecta a la vez a otro diputado del Parlamento. El exconseller Raül Romeva, el único preso que todavía mantenía el escaño, tenía delegadas sus funciones en el presidente del grupo parlamentario republicano, Sergi Sabrià, que votaba en su nombre en todos los plenos. La condena, sin embargo, inhabilita a Romeva. Como la sentencia es firme, eso quiere decir que tendrá que ser sustituido por el siguiente nombre a la lista de ERC del 21-D.