Cada día a las 9 de la noche varios músicos se encuentran en el Ayuntamiento de Sant Fruitós de Bages para tocar El cant dels ocells.

La iniciativa 'Música per la llibertat' nació de manera espontánea por parte de una vecina del municipio, Anna Ortega, ante la "rabia, injusticia e impotencia" que le provocó ver el encarcelamiento de los líderes de ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart. Ortega ha explicado que normalmente suelen tocar seis músicos, cada uno con su instrumento, aunque algún día han llegado a ser una docena, con unas cincuenta personas de público. La activista ha asegurado que seguirán saliendo cada día hasta que los liberen. Ortega valora el acogimiento que ha tenido la iniciativa por parte de unos cuarenta municipios y se muestra muy agradecida, pero espera que poco a poco se vaya extendiendo por todo el país e, incluso, pueda llegar a Bruselas.

'El violoncelista de Sarajevo' es el título del libro que rondaba por la cabeza de Ortega cuando decidió poner en marcha la iniciativa 'Música per la llibertat'. "Durante la guerra, el violoncelista salía a tocar cada día, era su manera de expresar el anhelo por la paz", ha explicado. Con la misma voluntad, el 1 de noviembre Ortega decidió desenfundar la flauta travesera, que hacía más 25 años que no tocaba. Acompañada de sus dos hijos, después del primer día de tocar ante el Ayuntamiento de Sant Fruitós de Bages decidió que quería extender la iniciativa por toda Catalunya, el Estado español y, por qué no, hasta Bruselas, el centro de las instituciones europeas y el sitio donde viven el president Carles Puigdemont y los consellers cesados.

Anna Ortega también decidió salir a la calle con su flauta movida por el espíritu de uno de los catalanes más universales, Pau Casals. La activista opina que el discurso que hizo Casals ante las Naciones Unidas cuando recibió la medalla que le reconocía por su trayectoria por haber luchado por la paz, la justicia y la libertad "es totalmente vigente hoy día". "Aunque la canción El cant dels ocells no es sencilla, es importante por lo que representa", ha reconocido Ortega.



La vecina rápidamente fue contando con el apoyo de otros vecinos y amigos que le ayudaron a difundir la acción por las redes sociales. El segundo día, con los ocho consellers cesados por el gobierno español ya encerrados en prisión, fueron tres músicos, y el número fue creciendo. Desde entonces, cada día a las 9 de la noche se congregan ante el consistorio para tocar El cant dels ocells, aunque a veces también interpretan Els Segadors o L'Estaca y leen poemas que llevan los asistentes al concierto. Cada músico con su instrumento: piano, violonchelo, guitarra o violín.

Normalmente reúnen a una cincuentena de personas de público, pero han llegado a ser un centenar, ha explicado Anna Ortega. "No se tiene que ser un profesional de la música", ha apuntado. "Hay gente que dice que tiene vergüenza de venir a tocar, pero no hace falta interpretar la canción de manera perfecta, sino hacer el gesto para sumarse al espíritu de todos de pedir la libertad de los presos políticos", ha añadido.

Igualada, Manresa, Artés, Centelles, Tarragona y una cuarentena de municipios más ya se han añadido a la iniciativa, que espera ir cogiendo presencia en todo el país. Fuera de Catalunya, en Palma también interpretan cada noche El cant dels ocells; también en Leuven, municipio belga.

Ortega ha asegurado que no dejarán de tocar hasta que el último preso sea liberado.