Las autoridades del memorial del campo de concentración de Sachsenhausen, cerca de Berlín, han llevado a un visitante ante la Justicia, porque durante su estancia cuestionó la existencia del Holocausto. En concreto, negó la existencia de cámaras de gas.

En Alemania cuestionar la Shoá, que supuso el asesinato de 6 millones de judíos, y los delitos cometidos por los nazis, es delito.

El visitante formaba parte de un grupo de visita de la líder parlamentaria del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD), Alice Weidl. El individuo está acusado de incitar al odio y de perturbar la paz de los muertos.

Cuando los cuidadores del campo oyeron las afirmaciones del visitante, expulsaron al grupo. Los hechos sucedieron en julio de 2018, pero se han judicializado ahora. Según han informado los fiscales, el memorial pide una indemnización.