Después de abrir el melón de la reforma del Código Penal, el Gobierno hace una aclaración: "No forma parte en absoluto de ninguna mesa de diálogo". La vicepresidenta primera Carmen Calvo ha justificado este jueves la revisión de tipos penales como la rebelión y la sedición que sentencias europeas "nos advirtieron que sonaban extraños". Pero donde se debatirá será en el Congreso de los Diputados, y no entre gobiernos. Esta reforma permitiría revisar las penas de los presos políticos a la baja, pero la dirigente socialista ha echado pelotas fuera: eso ya forma parte de la justicia.

En una entrevista este miércoles por la mañana en la SER, la vicepresidenta primera del Gobierno ha confirmando que están trabajando en un "proyecto de reforma" amplio del Código Penal, pero lo ha desvinculado de cualquier mesa de diálogo. "Del Código Penal y su reforma el presidente no hablará con ningún otro presidente, no forma parte de este escenario", ha defendido a Carmen Calvo. "Es un instrumento de política legislativa que no va a ser sometido a ningún tipo de negociación, sino que será sometido al Congreso", ha añadido.

La dirigente socialista ha asegurado que "no es tanto urgencia como necesidad" el impulso de esta reforma, recordando que "algunos tipos penales no están a la altura del derecho comparado en Europa". En este sentido, ha ejemplarizado que "en alguna sentencia europea, como la alemana, nos advirtieron que sonaban extraños". Y ha remachado: "Durante tantos años colapsada la política, ha llegado el momento de tomar decisiones. Lo haremos con calma".

Preguntada por la revisión de penas que podrían pedir a los presos políticos, Carmen Calvo se ha desentendido. Si bien ha admitido que es "obvio" que podría tener consecuencias, ha pasado el marrón a los altos tribunales: "Será un asunto de la justicia, no del gobierno".