Con un saldo ya de al menos 17 víctimas mortales, las autoridades californianas intensifican hoy las tareas de búsqueda de una veintena de desaparecidos y el rescate de centenares de afectados por las riadas de lodo y escombros registradas este martes en Montecito, al noroeste de Los Ángeles.

El alguacil del condado de Santa Bárbara, Bill Brown, indicó hoy que las brigadas de rescate han trabajado sin descanso durante la pasada noche en busca de las personas reportadas como desaparecidas, que el diario The New York Times cifró la pasada tarde en trece. Las muertes aumentaron a 17, según informó hoy el alguacil Brown en rueda de prensa.

"Mientras tenemos la esperanza de que no suceda, creemos que este número (de víctimas mortales) aumentará mientras continuamos buscando personas que todavía están desaparecidas", señaló hoy a los medios de comunicación el alguacil.

Además de los 17 fallecidos, 28 personas resultaron heridas por las riadas registradas como consecuencia de las fuertes tormentas que afectaron al norte y sur de California, precisamente las áreas más dañadas por los poderosos incendios de 2017.

La avalancha de escombros y lodo, que arrancaron de sus cimientos varias viviendas de la zona, tomó fuerza inusitada en la madrugada del martes cuando el sector arrasado por el incendio forestal en diciembre recibió una gran cantidad de agua en menos de 15 minutos.

El Departamento de Bomberos del Condado de Santa Bárbara (SBCFD, en inglés) informó hoy de que cerca de 100 viviendas fueron destruidas y 300 más sufrieron daños.

Avalancha achacada a Thomas

Las autoridades achacan esta avalancha a Thomas, el mayor incendio forestal de la historia moderna de California, que consumió en diciembre 113.311 hectáreas, que quedaron sin la vegetación que ayuda a absorber la lluvia y servir de dique de contención.

Este fuego destruyó 1.063 estructuras y dañó otras 280 en los condados de Santa Bárbara y Ventura, y afectó especialmente ciudades como Montecito y Carpintería.

En algunas de las áreas inundadas este martes las autoridades habían ordenado la evacuación y recomendado a los habitantes que se trasladasen a zonas elevadas, aunque muchos residentes no consideraron que el riesgo fuera tan grave y decidieron permanecer en sus viviendas.

La orden de evacuación obligatoria se mantiene para cerca de 7.000 residentes del sector mientras otros 23.000 han evacuado voluntariamente sus hogares.

El río de lodo en algunos lugares ha alcanzado una altura de cinco pies (1,5 metros), informó a Efe un portavoz de SBCFD, mientras más de 500 bomberos participan en los operativos de rescate, que lograron poner a salvo ya a "decenas de personas" en helicóptero y muchos más por tierra.