El conseller de Interior, Miquel Buch, ha defendido su gestión ante la actual situación en Catalunya asegurando que las críticas que recibe “forman parte de la complejidad del momento” para añadir que “a pocos consellers de interior no se les han pedido la dimisión. El departamento de interior quema, no hoy, siempre”.

En una entrevista concedida a La Vanguardia, Buch ha negado que tenga intención de dimitir porque “abandonar el barco en un momento como el que estamos pasando sería una gran irresponsabilidad” y ha asegurado sentirse apoyado por el Govern y también por el president, Quim Torra.

Además, ha defendido que su obligación como conseller es “demostrar que tenemos voluntad de autogobierno y responsabilidad política” y en ese sentido, que no está dispuesto “permitir” que la Generalitat pierda el control de los Mossos por medio de la aplicación de la Ley de Seguridad Nacional”.

En ese sentido se ha referido a “las amenazas de semanas anteriores a la sentencia repetidas por diferentes partidos estatales” y ha insistido que el Govern tiene “una espada de Damocles encima” respecto al control de los Mossos.

En cuanto al ministro de Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, Buch ha sostenido que no comparte su “estrategia de focalizar la respuesta a la sentencia en un problema de orden público” pero ha asegurado que la coordinación policial “es correcta y funciona”.