"Seguramente a muchos les sorprenderá los detalles de todo lo que explicaré a partir de aquí, pero mi tesis es que de estas cosas, si uno decide hablar, tiene que hacerlo de forma transparente, detallada y, sobre todo, con la necesaria honestidad por si las vivencias propias a otros después les sirven". De esta manera, el abogado Gonzalo Boye, responsable de la defensa, entre otros, del president en el exilio, Carles Puigdemont, enfila en su último libro la explicación sobre el cáncer que se le detectó a finales de mayo de 2021 en una revisión rutinaria y del cual se intervino en Alemania a finales de octubre pasado, pocos días después de la vista en el tribunal de apelación de Sassari tras la detención de Puigdemont durante el viaje al Alguer.

En el libro, Se llama cáncer, el abogado relata la enfermedad que ha tenido que superar y la necesidad de tomar conciencia de la situación llamándola por su nombre. Pero, además, este título le sirve también para exponer su diagnóstico sobre la situación en que se encuentra el sistema jurídico en el Estado español, lo cual es, de hecho, el tema que centra su ensayo. A lo largo de la obra, Boye aborda el relato sobre la supuesta trama rusa del procés; el episodio de la detención de Puigdemont en el Alguer, al cual corresponde el adelanto editorial que publica hoy ElNacional.cat; el espionaje contra políticos independentistas y periodistas a través del programa Pegasus... Carga contra la actuación de la justicia y del conjunto del Estado español, pero también denuncia aquiescencia y silencio de una parte de la prensa.

El abogado va hilvanando experiencias profesionales de los últimos meses con reflexiones sobre el estado del sistema judicial español, para llegar a una clara conclusión: "España está atrapada en su pasado, afectada por un cáncer que la llevará, irremediablemente, a la descomposición de todo aquello que se espera de un Estado democrático y de derecho".

Se llama cancer libro BoyePortada del nuevo libro del abogado Gonzalo Boye

 

Bomba de relojería

Su experiencia personal con la enfermedad aparece en el último capítulo de la obra, donde el abogado confiesa el impacto emocional que esta situación comporta, "la sensación de llevar una bomba de relojería dentro del cuerpo, que en cualquier momento podía explotar". Relata cómo supo que sufría un cáncer de próstata, cómo tuvo que hacer frente a la noticia, las incertidumbres, las dificultades que comporta encajar el golpe, los peores momentos...

Explica también los motivos por los cuales decidió someterse a la operación en Alemania. "Por razones obvias, las defensas que llevo en estos momentos y la exposición mediática que comportan estas defensas -en gran medida tendría que decir un linchamiento mediático-, decidimos que lo sensato era mantener esto en la más estricta confidencialidad", relata para argumentar por qué evitó acudir a un centro de salud en Madrid.

Boye explica las pruebas previas a la intervención, mientras tenía que lidiar con la detención de Puigdemont en Cerdeña, la intervención en Alemania, la vuelta a casa y la superación de la enfermedad. Su conclusión, tanto en el caso del cáncer que ha sufrido personalmente como de la situación en que se encuentra la justicia española, es que no asumirlo es un error, al igual que no hablar y no acudir a los tratamientos necesarios, porque puede acabar siendo mortal, tanto para las personas que lo sufren, como para las sociedades que no son capaces de enfrentarse y erradicarlo.