La cúpula de Junts per Catalunya quiere evitar los problemas internos después del congreso de Argelers en qué Laura Borràs y Jordi Turull se repartieron la presidencia y la secretaría general del partido. El congreso que la formación celebra este fin de semana en La Farga de l'Hospitalet está evitando cuestionar el acuerdo a que llegaron los dos máximos responsables y la ponencia organizativa está tumbando las enmiendas en este sentido. De momento, el congreso ha cerrado ya los debates de las ponencias sectorial y municipal, y sigue debatiendo la ponencia política dónde se discute sobre la consulta a la militancia sobre la continuidad en el Govern.

El congreso se ha abierto esta mañana con las intervenciones de la presidenta y el secretario general. Turull ha aprovechado el acto para responder a la nueva convocatoria de la mesa de diálogo que anunciaron ayer el gobierno catalán y el español después de la reunión entre los presidente Pere Aragonès y Pedro Sánchez en la Moncloa. Una vez ha acabado el acto de apertura los asistentes al congreso se han repartido en las salas en que se debate la ponencia política, la organizativa, la sectorial y la municipal.

Las enmiendas relativas a la consulta a la militancia sobre la continuidad en el Govern, que corresponden a la ponència política, aún no se han debatido y, de hecho, se ha aprovechado la pausa para comer para intentar transaccionar enmiendas y evitar las posiciones más contundentes en un sentido u otro.

Enmiendas tumbadas

La ponencia organizativa está debatiendo las 170 enmiendas que han llegado al congreso, de las cuales ha descartado ya una cuarentena, entre las cuales las que apostaban por replantear las competencias del secretario general del partido y de la presidenta. Ninguna de las enmiendas ha conseguido superar el 30% de los votos y por lo tanto, ninguna llegará al plenario de mañana. Quedan, sin embargo, pendientes enmiendas relativas a las competencias de uno y otros, como las referidas al secretario general adjunto, uno de los puntos por los cuales batalló Turull durante la negociación de la nueva ejecutiva y que, según el actual redactado ha de asumir la política municipal además de dar apoyo al secretario general.

Cuando Borràs y Sànchez acordaron presentar una candidatura conjunta en el congreso de Argelers para evitar una ruptura interna, se reformularon el reparto de competencias en la cúpula del partido, dado que con Carles Puigdemont la presidencia no tenía un papel ejecutivo. No obstante, la fragilidad de aquel acuerdo se hizo evidente en el mismo congreso dado que Borràs y los principales representantes de su entorno recibieron un importante voto de castigo.

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