Más allá de la sobada afirmación de que Catalunya está partida entre partidarios y detractores de la independencia, lo cierto es que en España también hay división. En este caso entre bloques ideológicos. Los pactos postelectorales que se han ido cerrando a lo largo del verano en las comunidades autónomas dibujan un mapa claramente polarizado donde Catalunya y Euskadi son la excepción. A un lado la izquierda: PSOE y Podemos; en el otro la derecha y la ultra derecha: PP, Cs y VOX. El bipartidismo parece haber pasado a mejor vida, pero se consolida lo que varios dirigentes políticos han bautizado ya como bloquismo.

En menos de un año ha habido elecciones en 13 comunidades autónomas -en todas menos Catalunya, País Vasco y Galicia-. El resultado deja unos parlamentos mucho más multicolores, donde Ciudadanos y Podemos se han hecho un hueco a la sombra de PSOE y Partido Popular. Los dos partidos históricos tienen mayoría absoluta en tres autonomías. Los socialistas en Extremadura y Castilla la Mancha y los populares en el único feudo donde resisten, Galicia. En el resto de España han tenido que buscar socios. Los primeros los han encontrado más a la izquierda y con los nacionalistas y los segundos a la derecha y la derecha extrema.

La vía andaluza

Andalucía fue el primer banco de pruebas. Allí, en invierno, arrancó el ciclo electoral. Los socialistas volvieron a ganar, pero Susana Díaz perdió demasiados apoyos. Tantos, que hubo una suma alternativa para echar al PSOE por primera vez de la Junta de Andalucía. Y PP y Cs no dudaron en dejarse querer por VOX para hacerse con el gobierno. Vacunados ya de las críticas, han repetido la experiencia allí donde les ha hecho falta. El último ejemplo, la Comunidad de Madrid, donde Isabel Díaz Ayuso será investida este miércoles con la fórmula andaluza que el bloque de Colón ha reproducido también en Murcia.

Además de Galicia -con el PP con mayoría absoluta- y Andalucía, Madrid y Murcia -con un gobierno de coalición PP-Cs-, la derecha también gobierna en Castilla y León. En este caso, azules y naranjas se han podido ahorrar tener que llamar a la puerta de Santiago Abascal, porque solos ya sumaban lo suficiente.

La fórmula de la moción de censura

Lo que tanto está costando a Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para el gobierno del Estado, ha sido posible a nivel autonómico. PSOE y Podemos han cerrado cinco pactos de gobierno, concretamente en Aragón, el País Valencià, las Baleares, Navarra y el Canarias.

En todos los casos, los dos grandes partidos de izquierdas han necesitado la participación de otros actores para alcanzar la mayoría necesaria y formar gobiernos de coalición. Así PSOE y Podemos se han asociado en Aragón con la Chunta Aragonesista y el Partido Aragonés; en Navarra con Geroa Bai e Izquierda Ezquerra; en las Islas con Més; en el País Valencià con Compromís y en Canarias con Nueva Canarias y la Agrupación Socialista la Gomera. En cambio, en Asturias los socialistas gobiernan en solitario y en minoría, tras haber conseguido la investidura en segunda vuelta y con dos votos prestados de IU.

Ahora mismo sólo queda un gobierno autonómico por decidir, el de La Rioja, sentenciada a una repetición electoral si PSOE y Podemos no consiguen entenderse antes del 16 de septiembre.