Hoy ha sido el turno de José María Aznar en el juicio de los papeles de Bárcenas. Ha comparecido como testigo, telemáticamente, en la Audiencia Nacional. El expresidente del Gobierno ha negado todos los extremos, desde tener conocimiento de una supuesta caja B hasta haber recibido sobresueldos o haber ordenado compensaciones económicas. Pero sólo ha puesto la mano en el fuego por él. El exdirigente del PP ha comparecido con su estilo habitual, chulesco y desafiante, enfrentándose con los abogados de las acusaciones particulares. Entre ellos Gonzalo Boye, de quien ha subrayado que es abogado de Carles Puigdemont. Pero también con el resto. "Vengo en condición de testigo, no de tertuliano", ha respondido a sus reiteradas preguntas. Como testigo, de la misma manera que Mariano Rajoy, tiene la obligación de decir la verdad. En caso contrario, podría enfrentarse a consecuencias penales.

Ya al principio de su declaración, el expresidente del PP ha dejado claro que "no conocía ninguna contabilidad paralela" en el partido. "Ni conocía este papeles, ni los conozco, ni tengo ningún indicio sobre su fundamento ni justificación", ha respondido Aznar a las preguntas reiteradas. De la misma manera, ha asegurado que nunca recibió "ningún sobresueldo" ni autorizó ningún pago extracontable, porque no era su "función" autorizar pagos. "Yo no he conocido nunca ninguna estructura paralela", ha reiterado durante toda la declaración. Sólo tenía constancia de una sola contabilidad, la oficial, que se remitía puntualmente al Tribunal de Cuentas.

 

Eso sí, el expresidente del Gobierno sólo ha puesto la mano al fuego por él, no por el resto. Preguntado en este sentido por las acusaciones, ha hecho gala de su estilo: "No sé lo que ha hecho el resto, ni me importa. Ni sé lo que han hecho mis sucesores, ni me interesa".

Algunas cosas las recordaba y otras, sorprendentemente, ni las recordaba. Es el caso de la denuncia que presentó contra el diario El País en 2013 tras la publicación de los papeles de Bárcenas. "No lo sé, francamente; no le puedo contestar. Es posible", ha respondido cuando le ha preguntado el abogado de Izquierda Unida. Tampoco recordaba que fue desestimada.

Los encontronazos con los abogados han sido constantes. Al primero, de la asociación ADADE, le ha recordado que ha defendido al PSOE en causas como la Gürtel. Al segundo, que tiene entre sus clientes diputados socialistas en las Corts Valencianes. Y al tercero, Gonzalo Boye, que es el abogado del president Carles Puigdemont y del narcotraficante Sito Miñanco. A la tercera, el presidente de la sala lo ha tenido que cortar y llamar la atención: "Estas cuestiones no interesan en absoluto". Aznar ha hecho gala de su estilo desafiante: "Por mucho que me hagan la misma pregunta de 500 maneras diferentes, seguiré respondiendo lo mismo".

¿Qué se juzga?

El objeto de esta pieza es el pago de la reforma de una parte de la sede del Partido Popular, en la calle Génova 13 de Madrid, con 900.000 euros de dinero negro procedente de la caja B del partido, donde entraba dinero irregular de grandes empresas y también salían sobresueldos a los principales cargos del partido. Una contabilidad paralela que se prolongó, como mínimo, dos décadas. El juicio también busca aclarar si el PP cometió delito fiscal al no declarar las donaciones presuntamente ilegales de empresarios y si Luis Bárcenas, entonces tesorero de la formación, se quedó con una parte de ese dinero. Está previsto que el juicio se alargue hasta el mes de mayo.

¿Quién está acusado?

Luis Bárcenas es el principal acusado. Cumpliendo ya una condena de 29 años de prisión por la primera época de la Gürtel, ahora se enfrenta a cinco años más por los delitos de apropiación indebida, contra la Hacienda Pública y falsedad documental. Lo acompañan en el banquillo de los acusados al exgerente del PP Cristóbal Páez y tres responsables de la constructora que llevó a cabo las obras de Génova. Pero el PP como organización se enfrenta a una nueva condena como responsable civil subsidiario de los delitos investigados. En cambio, no se han sentado en el banquillo de los acusados, pero sí en el de los testigos, personas clave como los expresidentes José María Aznar y Mariano Rajoy; los exsecretarios generales María Dolores de Cospedal, Javier Arenas, Francisco Álvarez Cascos y Ángel Acebes, o el expresidente del Senado Pío García Escudero, entre otros.