La longitud es importante. O al menos sintomática del estado de las cosas. La reunión entre Pedro Sánchez y Pere Aragonès, ahora hace diez días, duró unas dos horas y media. En cambio, el encuentro hoy entre el presidente español e Isabel Díaz Ayuso en La Moncloa ha durado la mitad: poco más de una hora. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid ha salido erigiéndose en la defensora de la España "humillada" por socialistas, comunistas y separatistas. Desde las mismas instalaciones monclovitas, más allá de las cuestiones madrileñas, se ha centrado en la carpeta catalana. Ha descrito al independentismo como un "lobo hambriento" y ha avisado: "España está secuestrada por minorías que la odian".

En comparecencia desde La Moncloa, Isabel Díaz Ayuso ha pasado del rigor protocolario de decir que ha sido una reunión "cordial". Ha ido directa al grano, enumerando todos los planteamientos que le ha hecho al presidente español, que le ha entregado en formato documento. Ha hecho referencia a las "inversiones paralizadas" en Cercanías, la "revisión de los aspectos más lesivos" de la Ley Celaá, unas pruebas de acceso en la universidad únicas o el apoyo del Estado en su plan para fomentar la natalidad. Pero rápidamente se ha ido a la cuestión catalana, que ha centrado gran parte de su intervención nacional.

"De lo más preocupante que hemos hablado es de España", ha arrancado la presidenta madrileña en tono solemne, denunciando que "los intereses y el futuro de España y el de Pedro Sánchez son distintos". Son los indultos a los presos, pero no sólo. En este sentido ha advertido que el "prestigio y la solvencia de España en el mundo" están en peligro por culpa del Gobierno, que quiere "cambiar el país" con decisiones que "rompen la convivencia y alteran al modelo que nos dimos en 1978". Y ha proseguido: "España está secuestrada en manos de minorías que la odian y quieren acabar con ella".

Por todo eso cree que, aunque sea desde la "buena fe", los planes del Gobierno son contraproducentes e insensatos, porque el independentismo es un "lobo hambriento" que siempre quiere más. "Cada vez que se les da más, nos estamos ahorcando como país", ha insistido Ayuso. Ha asegurado que los nacionalistas, "en su proyecto de resentimientos , están desatados, crecidos y lo vamos a pagar todos". Y ha alertado sobre un efecto contagio, desde Catalunya y el País Vasco hasta Navarra, el País Valencià y las Baleares "si el gobierno no pone remedio".

También en los temas de fiscalidad, la dirigente del PP se ha puesto Catalunya en la boca. "Los impuestos no se suben, y menos para pagar independencias. Con los impuestos de los madrileños que no cuenten", ha advertido. También ha justificado que "no ayudará a las empresas en ninguna comunidad que suban los impuestos en Madrid".

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha dejado claro que que no se dejarán "pisar" por unas "minorías con consignas racistas". Y ha concluido: "Si sigue por este camino, tocará decidir si es su futuro (el de Pedro Sánchez) o el de España".