Luz verde a que los cargos electos de Barcelona En Comú tengan un salario fijado en 2.200 euros, dividido en 14 pagas. La decisión, adoptada el sábado por el plenario de la confluencia, en base a su código de ética política, determina que el excedente de lo que ingresan vaya a parar "a un fondo social y solidario" que todavía está por definir.

La organización se ha marcado un plazo máximo de tres meses para validar el equipo responsable de formular la propuesta, que deberá ser aprobada durante los tres meses posteriores. Así, en seis meses los comuns deberán explicar dónde va a parar exactamente esta parte de su sueldo. En total, nada menos que 219.000 euros de las arcas públicas de la ciudad.

El asunto está siendo un objeto de polémica en la legislatura que encabeza como alcaldesa Ada Colau. El 14 de julio pasado, cuando se intentó aprobar la reducción, una mayoría del pleno del Ajuntament, con CiU, Ciutadans, PSC y PP, lo rechazaron. Sólo votaron favorablemente BComú, ERC y CUP. Entonces se quejaron fervorosamente de que la oposición bloqueara una de sus promesas electorales.

No la única

Pero no toda la culpa de los incumplimientos de la confluencia tiene que ver con una decisión de los grupos opositores. Con la elección de sus dos primeros fichajes, el exlíder municipal del PSC Jordi Martí y el actual jefe de la Guàrdia Urbana, Amadeu Recasens, ya se saltó el código ético.

Aunque se habla de 2.200 euros para "las personas con cargos electos, gerenciales y de libre designación", entonces la alcaldesa argumentó que en este caso se trataba de "personas con perfil técnico y no político" y que limitar la retribución no tenía sentido porque "asumen responsabilidades muy elevadas".

Foto de portada: Ada Colau en una rueda de prensa en el Ajuntament de Barcelona /EFE