Avenç Nacionalista es el nuevo partido de Sergi Perramon en Manresa, presentado este jueves en el Cafè-teatre Voilà! de la capital del Bages. Perramon fue el candidato del Front Nacional de Catalunya (FNC) en Manresa en las elecciones municipales del 2023 y consiguió dos concejales, pero ya hace tiempo que se ha distanciado del partido de extrema derecha —en el ayuntamiento, de hecho, funciona como grupo municipal Nacionalista—. Es en este contexto que ha lanzado una nueva marca con la que pretende aglutinar nacionalistas e independentistas desde el municipalismo. A partir de aquí, una de las preguntas es: ¿cuál será el siguiente paso? En otras palabras, ¿habrá coalición con Aliança Catalana?
Perramon ha pronunciado un discurso lleno de gestos de complicidad hacia el partido de Sílvia Orriols y hacia Junts, ante un público en el que había militantes de ambas formaciones. Al fin y al cabo, su objetivo es crear una plataforma de "centroderecha" para ser la primera fuerza o, como mínimo, poder formar gobierno. Es decir, que la idea es acordar una coalición con Aliança Catalana o los de Carles Puigdemont, sin que esto implique la absorción de Avenç Nacionalista. ¿Quién irá bajo el paraguas de quién? Es otra pregunta que aún está por resolver. Lo que tiene claro es que su espacio está muy fragmentado y que así no desbancarán a ERC de la alcaldía.
La inmigración en el centro del discurso
"Manresa necesita cambiar de rumbo y 2027 es la oportunidad decisiva. Esta plataforma que hoy planteamos quiere ser el punto de encuentro de todos aquellos que quieren una Manresa más próspera, más segura, más nuestra, más catalana", ha señalado Perramon, que ha pedido altura de miras a los otros partidos: "No queremos una ciudad al servicio de intereses externos, ni que los partidos sigan utilizando nuestro municipio como un simple pretexto para hacer crecer el poder de las siglas".
Más allá del nacionalismo, uno de los ejes principales de la presentación ha sido el de la inmigración. El nuevo líder de Avenç Nacionalista ha criticado que Manresa y Cataluña practiquen "una política de puertas abiertas" cuando es "de sentido común" que "tienen recursos finitos", motivo por el cual ha pedido "poner límites a un fenómeno descontrolado" porque "no podemos ser el Ministerio de Asuntos Sociales de un país extranjero". "No tenemos capacidad para asumir ni a la gente de fuera que llega con voluntad de integrarse", ha dicho, y ha añadido que "la única manera de mantener la cohesión social, salvaguardar el estado del bienestar y asegurar la integración en la cultura nacional es poner límites a los flujos migratorios". Así, se ha hecho la siguiente pregunta: "¿Si hay límite de velocidad, de contaminación o de patrimonio, no se podría limitar un fenómeno tan descontrolado?". "No queremos la Manresa de los 100.000 habitantes, no podemos convertirnos en el patio trasero del AMB ni en el ministerio de Asuntos Sociales de otros países", ha sentenciado.
