La censura a la cocinera de chocolate que tenía una pastelería de Sant Cugat del Vallès en el escaparate, porque fue acusada de "racismo", ha provocado una avalancha de críticas en la red, con numerosas personas que se han quejado de la medida y piden restituir la figura. Muchos acusan a los opositores de caer en el denominado pensamiento woke, que en EE.UU. provocó en su día una reacción en contra que favoreció el acceso de Donald Trump a la presidencia del país.

El estudiante de Economía Bernat Mallén ha asegurado que la mujer representada no tiene en realidad facciones africanas sino "caucásicas", y que si aparece de color marrón oscuro es porque "está hecha de chocolate". "Muy mal la pastelería por ceder al matonismo woke", ha añadido.

La tuitera Isabel Castro ha acusado a los promotores de la censura de "banalizar el racismo". "De todo ello, lo que encuentro más lamentable es que la pastelería haya cedido a las manías de 4 wokes trastocados hasta el delirio. Es un mal precedente. La banalización del racismo que hacen algunos grupúsculos minoritarios es irresponsable y no ayuda nada a erradicarlo. Todo lo contrario", ha alertado.

En el mismo sentido se ha pronunciado la tuitera, y a veces tertuliana, Cris Gallifantes. "Pues yo debo ser rara, pero yo no veo a una mujer negra. Veo a una mujer de chocolate. Son ganas que te hagan caso. Si hubiera sido de chocolate blanco llorarían porque el chocolate es negro y están invisibilizando a la gente negra", ha pronosticado.

El exdelegado del Govern delante de la UE Gorka Knörr ha retado irónicamente a la CUP a prohibir ahora el chocolate negro. "A ver si tiene cojones la CUP de prohibir el chocolate negro", ha indicado.

El exconseller Jordi Puigneró ha acusado "a la CUP y sus sucursales" de llevar al país "a un sin sentido". "El problema es hacerles caso", ha apuntado.

El escritor Melcior Comes lo ha valorado con ironía, al igual que la arquitecta Anna Pont. "Salvarnos de España no lo sé, pero salvar el chocolate del racismo sí que lo conseguiremos", ha indicado con sorna Comes. "Yo solo veo a una chica hecha de chocolate negro, lo que aplaudo porque el chocolate blanco no me gusta nada", ha añadido Pont.

El activista de la ANC Anthony Sànchez, que es negro, ha criticado la censura. "Como persona negra que soy solo os diré que vuestras acusaciones de racismo contra esta pastelería son del todo absurdas. No veo ninguna ofensa, solo una figura de chocolate negro que con muy gusto todos nos comeríamos. Dejaos de banalidades, por favor...", ha indicado. En el mismo sentido se ha expresado el escritor Brahim Yaabed, también negro, que ha advertido del riesgo de disparar el racismo real. "Como catalán de "raza negra", me da verguenza ajena acusar de racismo una pastelería por elaborar una mona de chocolate negro. Ya basta. Porque al final la gente se vuelve racista de verdad por culpa del "bonismo radical". Basta!!!", ha apuntado.

La tuitera Mariona ha subrayado que si la mona hubiera sido hecha de zanahoria habría sido de color naranja. "Es de chocolate, si fuera de zanahoria sería de color calabaza. Creo que veis muchas pelis de ciencia ficción", ha soltado.

Otra tiutaire, de nombre Àngels, ha advertido a la campaña de censura, del efecto Streisand, que hace referencia a que la mona de la cocinera de chocolate todavía se ha hecho más popular. "El efecto Streisand del chocolate negro. Yo de vosotros iría restaurando por restaurante diciendo que "Sería" el arroz negro. Estáis bien grilladas. Por cierto, Pastelería Sabbath, sois unos artistas", ha añadido.

La denuncia hecha por el grupo feminista Hora Bruixa ha llegado semanas después de la polémica generada por la candidata de la CUP al Ayuntamiento de Barcelona, Basha Changue, que pidió retirar algunos elementos de la cultura popular catalana, como gigantes, porque a su entender evocan un pasado colonialista y esclavista de Catalunya. En un artículo publicado en ElCrític.cat, Changue pidió una mirada más crítica sobre el "pasado colonialista" de Catalunya y, por ejemplo, retirar los gegants "negritos" de Santa Tecla, a Tarragona, o los "cubanitos" de Sitges. Según la candidata de la CUP, estas figuras son un enaltecimiento del colonialismo y cosificación de las personas negras. "No es porque sean negros, es porque son negros esclavizados", detalló, aunque en Tarragona y Sitges lo niegan.