El juez de la Audiencia Nacional (AN) Joaquín Gadea ha archivado la investigación sobre el intento de sabotaje a La Vuelta Ciclista a su paso por la comarca del Solsonès. Así lo pidió a finales de septiembre la Fiscalía, quien propuso que se archivara la causa por terrorismo alegando que como un juzgado local ya tiene abierta un procedimiento contra los activistas independentistas, no es procedente una segunda causa para los mismos hechos en la Audiencia. Este mismo criterio es el que ha seguido Gadea en su decisión.

Gadea abrió diligencias el mes pasado después de recibir un informe de la Policía Nacional que daba cuenta de los hechos ocurridos el 28 de agosto a la comarca de Solsonès, donde un grupo de personas intentó rebosar en la carretera C-55 unos 400 litros de "material aparentemente combustible y deslizante". Para el juez, aquel intento de sabotaje fue un "acto perfectamente planificado y organizado" que se contextualiza en el marco de una "campaña de boicot contra La Vuelta, prolíficamente publicidad en las redes sociales por los grupos radicales de ideología independentista, aprovechando el escaparate internacional que supone la Volta ciclista para dar visibilidad a la causa".

Sin embargo, como ya hay una investigación en marcha en otro juzgado, Gadea ha dado carpetazo, a pesar de afirmar: "Se trata de hechos muy graves en que resulta fácil apreciar el resultado lesivo que el sistema instalado buscaba ocasionar, y no resulta difícil imaginar que la voluntad de causar un daño a un indeterminado número de personas guiaba a los autores de la acción".

El intento de sabotaje

Cuatro independentistas fueron detenidos en la zona de la comarca del Solsonès acusados de querer boicotear el paso de La Vuelta 2023 por Catalunya. En un primer momento, la policía no dio demasiados detalles, pero más adelante afirmaron que habían detenido a estos activistas al lado de la carretera manipulando unos tubos con que pretendían presuntamente vertir 400 litros de aceite sobre la carretera C-55. La artimaña estaba formada por dos bidones, con una capacidad de 200 litros cada uno, así como un dispositivo de activación con una electroválvula y un temporizador. El mecanismo estaba escondido entre la vegetación, incluida la manguera que vertería el líquido y que se extendía hasta la mencionada carretera, dificultando la detección. Los detenidos han quedado en libertad provisional y las actuaciones han sido declaradas secretas.

La investigación la han desarrollado agentes de la Comisaría General de Información y la Brigada Provincial de Información de Barcelona, bajo la dirección del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Solsona (Lleida). En el operativo final han participado, además, especialistas de la Comisaría General de Policía Científica y de la Jefatura Superior de Policía de Catalunya.