Mientras que el independentismo marca en su calendario el 1 de octubre, jornada en que se rememorará el quinto aniversario del referéndum, el unionismo tiene su mirada puesta sobre otros hechos: el 6 y 7 de septiembre del 2017. Y es que este mismo martes se cumplen también cinco años del pleno del Parlament en que el independentismo aprobó las llamadas 'leyes de desconexión' con las normativas de transitoriedad y la que preveía la celebración de la consulta popular para unas semanas después. Una jornada no exenta de polémica, y que se recuerda especialmente por la reacción de todas las formaciones no independentistas, que reaccionaron airadas. La imagen más famosa de aquellas jornadas es, precisamente, la de la cámara medio vacía después de que los partidos unionistas abandonaran la sala y dejaran solos a Junts pel Sí y la CUP.

Con este trasfondo, han sido varios los protagonistas de aquel 6 y 7 de septiembre que han aprovechado el quinto aniversario para cargar en contra, a través de ruedas de prensa y actos. Este mismo martes, de hecho, el Parlament ha acogido a la presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, quien en 2017 era líder de los naranjas en la cámara catalana. Y lo ha hecho para pronunciarse con dureza contra la actuación del independentismo en aquel momento, describiéndolo como una "ignominia" y una "auténtica locura". "Fueron jornadas negras, con auténticos delincuentes que actuaban con nocturnidad y alevosía," ha bramado, defendiéndose como la principal formación que plantó cara y en un evidente intento por reivindicarse en un momento en que Ciudadanos se encuentra en caída libre. También ha agradecido la reacción del rey Felipe VI, con su discurso el 3 de octubre, y del Estado a través de sus jueces y funcionarios por "no haber cedido al golpismo".

Los naranjas se han mostrado decididos a utilizar el 6 y 7 de septiembre como aliciente para recuperarse en las encuestas. Además de esta rueda de prensa, este martes por la tarde la misma Arrimadas y el líder de Ciutadans en el Parlament, Carlos Carrizosa, mantendrán un encuentro digital en que hablarán sobre este mismo tema. Y a primera hora de la mañana los dos han publicado un artículo conjunto en ElMundo calumniando también aquellas jornadas. Durante la rueda de prensa, Carrizosa también ha informado de que su formación impulsará una declaración institucional en el Parlament en contra de los hechos de aquel pleno de hace cinco años, si bien ha lamentado que el resto de formaciones de momento no hayan posicionado a favor, según él. "Queremos recordar unos hechos que no tendrían que haber ocurrido, mientras que otros pasan de puntillas", ha dicho, asegurando que "ningún otro partido" ha querido hacer ningún acto de recuerdo.

 

Acto multitudinario de SCC

Una afirmación que no es del todo cierta. El lunes por la tarde, el exlíder de Catalunya Sí que es Pot, Lluís Rabell, quien lideraba la formación que ahora ha evolucionado a ser los comuns en el Parlament, acompañaba a los socialistas Ferran Pedret y Assumpta Escarp para hablar precisamente sobre esta cuestión. Un escenario en el cual Rabell admitió que, aunque su formación se abstuvo en el pleno de hace cinco años, él llegó a plantearse dimitir porque quería votar en contra. Por su parte, Escarp ha defendido que era con las leyes de desconexión que el Estado tendría que haber aplicado el artículo 155, y no esperarse que se produjera el referéndum, como hizo el presidente español Mariano Rajoy. Los dos también han utilizado la expresión "golpe de estado" contra la acción de los independentistas.

Y el miércoles, Sociedad Civil Catalana organizará una mesa redonda sobre aquel pleno que lleva por título 'Una mentira de consecuencias devastadoras'. Se trata de un acto multitudinario, en qué habrá una amplia representación de las formaciones unionistas que vivieron los hechos hace cinco años, con Lluís Rabell y Carlos Carrizosa, además del socialista David Pérez y el líder del Partido Popular en Catalunya, Alejandro Fernández. En el programa de la mesa redonda, la entidad españolista asegura querer rememorar unos hechos "que no tienen que caer al olvido" porque "se desafió la legalidad y se realizó un golpe de estado contra la orden constitucional". "En dos sesiones maratonianas, tan surrealistas como desoladoras, la Mesa del Parlament vulneró los derechos de los partidos de la oposición, a que se vieron obligados a defender la ley y el marco constitucional", alega.