Inés Arrimadas nació el año 1981 y, por lo tanto, no pudo votar la Constitución española en su referéndum. Esto no ha sido obstáculo para que la candidata de Ciutadans la reivindique como el acuerdo entre todos los españoles. "Nací el 81, pero quiero ser testigo de lo que fueron nuestros padres", ha defendido en un acto de homenaje a la Carta Magna este miércoles en Barcelona. Justamente a aquel referéndum ha apelado para movilizar a sus votantes. "Seguro que no os arrepentisteis de votar sí a la Constitución. Os garantizo que nadie se arrepentirá de votarnos estas elecciones", los ha dicho.
En este sentido, la líder de Ciutadans ha reivindicado que el 21-D será un día tan "histórico" como fue el día que se votó la Constitución española. Lo ha hecho en un acto partidista en el Día de la Constitución, en la plaza Universitat, a unas calles de la manifestación de plaza Urquinaona, a la cual sólo ha asistido el candidato del PP, Xavier Garcia Albiol. Delante de dos centenares de seguidores, les ha prometido que "el ejemplo que nos disteis no lo tiraremos por tierra nunca".
Aunque ha defendido los principios fundamentales, Inés Arrimadas ha admitido la necesidad de "actualizar" la Constitución. Por eso ha dicho que desde Ciutadans impulsarán una reforma constitucional. No obstante, ha querido dejar claro que es "para reformar la Constitución, no para destruirla". También ha cargado contra Puigdemont y Junqueras: "No me extraña que no les guste con las barbaridades que querían implantar en la Catalunya independiente". Ha avisado de que la reforma no será para hacer contentos a los partidos independentistas, porque nunca lo estarán.
"Soy una servidora pública, pero nunca me creeré que por estar en una lista electoral tendré un carné de inmunidad", ha criticado. "Cuando te saltas las leyes, pierdes la autonomía. Cuando no cumples las leyes, pasa lo que ha pasado en Catalunya", ha añadido Arrimadas.
En este contexto, la candidata naranja ha asegurado que "la única cosa buena que tenemos es que se les ha caído la careta", y ha señalado que en Europa se han dado cuenta "de que esto no va de urnas y democracia, sino de fronteras y nacionalismo excluyente". Entre el "inmovilismo" y el "rupturismo", se ha erigido como la opción del "reformismo europeista, centrista y moderna".
"La reforma no es indispensable"
En el acto también ha intervenido el catedrático de derecho constitucional Francesc de Carreras, que cierra la lista de Ciutadans por Barcelona. Ha empezado su intervención refiriendo a la reforma del Estatut, que en su momento consideró un grave error. "Once años después vemos que teníamos razón, que aquel fue un mal paso que sólo crearía problemas", ha afirmado.
El académico ha comparado la Constitución con las normas del fútbol. "Los jugadores juegan dentro de unas normas. Cuando das una patada, es falta; cuando la tocas con la mano, es penalti. La pelota siempre es redonda. Las porterías tienen redes y palos", ha explicado. "Eso es una Constitución", ha sostenido. En este sentido, ha defendido que es posible una reforma, y que incluso podría ser necesaria, pero que no puede afectar a los principios fundamentales. También ha hecho comparaciones con la reforma de una casa: "No hay que tirar toda la casa para reforma el baño y la cocina".
A pesar de todo, si bien hacen falta algunas reformas, ha añadido que no son imprescindibles. "¿Son indispensables para seguir con los derechos y la democracia? No, no lo son", ha apuntado. Ha argumentado que la unidad de España no es "una entidad metafísica", sino que es "el conjunto de ciudadanos", que están "sometidos a la misma ley" y tienen "los mismos derechos".
"Gracias, Puigdemont"
El secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas, ha querido tener un agradecimiento hacia el president Carles Puigdemont: "Gracias, Puigdemont, por habernos sacado a las calles, gracias por haber hecho que perdamos los complejos". Ha prometido que "igual que el 78, nos volveremos a dar la mano por un nuevo proyecto común".
Villegas ha admitido que si se ha llegado hasta aquí es porque algunas cosas se han hecho mal. Lo ha atribuido al bipartidismo español, que "ha utilizado el sistema en beneficio propio, para recabar el apoyo de los nacionalistas para tapar la corrupción y controlar a los jueces y las cajas de ahorros". A pesar de la defensa encarnizada de la Constitución del 78, ha afirmado que el PP, el PSOE y los partidos nacionalistas "han agotado" el sistema del 78.