La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha demostrado comprender mejor que nadie el duro momento que vive Pablo Casado. De hecho, ha sido la única que se ha pronunciado de forma totalmente espontánea y se ha referido al todavía, sobre el papel, líder popular cuando ha sido su turno: "Ante todo quiero desear lo mejor en aquello personal al señor Pablo Casado y muchos aciertos en el Partido Popular que es un partido muy importante para nuestro país". Posteriormente, ha formulado la pregunta correspondiente al presidente español, Pedro Sánchez. Este tipo de respeto sagrado que Arrimadas ha demostrado en toda la crisis sobre la comisión del hermano de Isabel Díaz Ayuso, Tomás, ya se constató la semana pasada cuando estalló la polémica por el contrato de las mascarillas por parte de la Comunidad de Madrid. Entonces, igual que ahora, marcó un perfil bajo: "Descartamos presentar una moción de censura contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida". Y tan sólo reclamó investigar "hasta el final" las empresas municipales que habrían espiado a la presidenta madrileña. Los naranjas saben que cuelgan de un hilo, cada vez tienen menos representación y abrir otra guerra los podría dejar fuera directamente del gobierno del consistorio municipal. La misma vicealcaldesa madrileña, Begoña Villacís, afirmó que ellos no servirían "a los intereses de Pedro Sánchez".

 

 

Nace Renovadores Cs

Esta poca contundencia de Ciudadanos, muy lejos de la demostrada al Parlamento de Catalunya, venía justificada por lo que ellos consideran un savoir-faire característico en ellos: "Tanto la vicealcaldesa de Madrid como yo misma lo hemos dejado muy claro. No tengo ninguna duda que si estuvieran en nuestro lugar, el PP y el PSOE ya hubieran presentado una moción de censura. Pero nosotros no somos como los otros, es un partido diferente y no serviremos a las guerras internas del PP", subrayaba Arrimadas que entiende mejor que nadie a Casado porque, igual que él, desde dentro de los suyos también la cuestionan. Y en las últimas horas ha ido en aumento con el nacimiento de Renovadores Cs, una corriente crítica dentro de la formación naranja, que a pesar de ya hace unos meses que existe, ha aprovechado los pésimos resultados en las elecciones de Castilla y León para de exigir, de rebote, la dimisión de Arrimadas y la refundación "imprescindible" del partido para su supervivencia. Lo acusan de fracturar Ciudadanos por falta de liderazgo y credibilidad. En una carta pública, Renovadores critica que bajo el liderazgo de Arrimadas, el partido se ha convertido en una fuerza política "cada vez más irrelevante en la sociedad y en la política española" a causa de la "mostrada incapacidad" de la actual dirección para atraer tanto votantes como militancia. Y añaden: "Desde que asumió la presidencia, probablemente ya han abandonado el partido más de dos tercios de los afiliados", aseguran. La pérdida de 11 escaños en las Cortes de Castilla y León el pasado 13 de febrero ha impulsado una campaña de recogida de firmas. Buscan que Arrimadas "dé un paso al lado y dimita para que se celebre una asamblea de refundación del partido".

Rufián recuerda Casado

Fuera del Congreso de los Diputados, algunos de sus miembros han expresado también ciertas muestras de apoyo a Casado. El mismo Gabriel Rufián por Izquierda ha escrito a twitter: "A Pablo Casado lo he sentido|oído desearnos barbaridades y he visto aplaudir estas barbaridades. Y aunque sea a veces muy difícil, creo firmemente que ni el rencor ni la bilis tienen lugar a la política. Por eso, desde aquí y pase lo que pase, quiero desearle lo mejor personalmente". Un mensaje muy diferente del de otro diputado, Albert Botran por la CUP: "Buen viento. Los que vendrán serán iguales o peores. Pero buen viento, Casado". Y ha recogido la publicación con algunos de los titulares protagonizados por Casado contra el independentismo catalán como la ilegalización que pedía contra la CUP "por violencia"; la amenaza en Carles Puigdemont diciendo que "podría acabar como Companys"; la exigencia a Pedro Sánchez de aplicar un 155 permanente; o la última sobre "no dejar ir al lavabo a los niños que hablan castellano".