Aquello que hace unos meses no era posible para Ciudadanos ahora es Ciudadanos quien lo propone. Consciente de su debilidad política, la portavoz en el Congreso, Inés Arrimadas, ha resucitado el debate que ellos mismos habían enterrado: el de una alianza de las derechas unionistas. La dirigente de Cs ha anunciado este viernes que propondrá a los órganos de su partido cerrar acuerdos "transversales" con otras fuerzas "constitucionalistas" para las elecciones catalanas, vascas y gallegas de este año. El objetivo es exportar el modelo de Navarra Suma, pero lo ha bautizado como Mejor Unidos. En el País Vasco y Galicia no han conseguido nunca representación, mientras en Catalunya ven amenazada su posición. Fuentes de la formación aclaran que la alianza tendría que ser en las tres comunidades, como un pack.

La portavoz parlamentaria de Ciudadanos ha hecho el anuncio este viernes al mediodía desde el Congreso de los Diputados, donde ha explicado que trasladará la propuesta a los órganos de su partido para discutirla. Lo ha justificado porque "en momentos excepcionales, en lugares excepcionales y en circunstancias excepcionales, aunar esfuerzos, utilizar una fórmula como Mejor Unidos, puede dar más voz y representar mejor a estos ciudadanos que están preocupados y que están bajo el yugo nacionalista o bajo la amenaza del yugo nacionalista". Fuentes de la formación explican que plantean desde ir juntos en las listas hasta pactos postelectorales, pero siempre que se haga en los tres territorios.

Arrimadas ha asegurado que le gustaría que "esta fórmula fuera lo más transversal posible", y que contara también con personas de la sociedad civil e incluso "una parte de otros partidos que no estén de acuerdo con lo que esté haciendo la dirección nacional de su partido", en clara referencia al PSOE. "Estoy convencida de que la mayoría de ciudadanos constitucionalistas de estos territorios prefieren un acuerdo constitucionalista, transversal, moderado, a un acuerdo separatista para sus gobiernos regionales", ha defendido.

Se da la circunstancia de que el PP de Pablo Casado ya propuso en las dos elecciones generales del año pasado que las derechas españolistas fueran de la mano en todo el Estado, inspirándose en el modelo de Navarra, y fue Ciudadanos quien cerró la puerta. Después de la debacle del 10-N, sin embargo, las circunstancias han cambiado.