"¡Aquí la quieren con locura! No puede andar dos metros sin que la paren para darle un abrazo!". Así explicaba Javier, un miembro de Ciudadanos Sevilla, el éxito que la líder del partido en el Parlament, Inés Arrimadas, está teniendo en tierras andaluzas durante esta campaña electoral. Ha ido puntualmente para dar un empujón a la formación y, en concreto, a su desapercibido candidato, Juan Marín, pero muchos querrían que fuera ella quien jugara un papel fuerte en la comunidad en un futuro.

Cuando pasea por plazas y mercados, hay quien la anima directamente a quedarse: "¡Inés, deja Catalunya y vente a Andalucía!", le gritaban este martes en un mercado de Triana. Después de aquel paseo, el mismo candidato coincidía: "Aquí la quieren tanto o más que en cualquier otro punto de España".

De hecho, una de las preguntas más repetidas de los medios andaluces durante las entrevistas al candidato naranja es sobre las posibilidades que Arrimadas se quede en el sur. Marín lo descarta y justifica su presencia porque "es de Jerez y tiene un sentimiento especial con Andalucía". Por mucho que se echen balones fuera, a la práctica, ella recoge mucho más protagonismo que el propio candidato.

Precisamente, esta semana se conoció la noticia del traslado de su marido, Xavier Cima, a Madrid, cosa que hizo disparar las voces que apuntan a Arrimadas como sucesora de Albert Rivera en la política a nivel estatal. Para eso, sin embargo, faltarían unos cuantos años, así que el recorrido de la gaditana todavía podría incluir alguna otra parada a medio camino.

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Arrimadas, con el candidato, dando una vuelta por Triana / Efe

El perfil de joven andaluza, nacida en Jerez de la Frontera, que se fue a Catalunya por trabajo y ha acabado liderando la batalla contra el independentismo gusta aquí. "Dales caña a estos catalanes", la animaban por las calles de Sevilla. Desde el partido, también aseguran estar muy satisfechos con el "excelente trabajo" que ha hecho Arrimadas en Catalunya.

Junto con Madrid, Catalunya y Andalucía forman el triángulo más potente de Ciudadanos. En el último año, el número de afiliados casi se ha duplicado y el número de escaños que les dan las encuestas también. La formación pasaría de los 8 escaños actuales a tener cerca de veinte, cosa que a la vez pasaría factura al PP, quien perdería una decena de diputados y quedaría reñido con Cs.

El ya denominado 'efecto Arrimadas' es decisivo para conseguir que esta pequeña franja de voto que los separa de los populares se decante hacia Ciudadanos. Superar el PP supondría una gran ventaja para el partido de Albert Rivera en caso de que se formara un gobierno en la Junta a través de un pacto de derechas. En ese caso, Cs sería la formación dominante de un posible acuerdo con PP y Vox ―en caso de que entre en el Parlamento―.

Pero una cosa es la campaña y la otra el escenario postelectoral. En Andalucía, todas las posibilidades están abiertas en un paisaje que ha dejado de ser dominado por mayorías del PSOE. Por eso, de momento, se aprovecha la popularidad de la portavoz nacional de Cs y el discurso antindependentista que aporta a la campaña. Más adelante, ya se verá.

En todo caso, los militantes también le auguran un gran futuro en Catalunya: "Pronto, ¡presidenta de la Generalitat!".