Un juez de Zaragoza ha archivado la causa por las amenazas contra el presidente Carles Puigdemont sobre un tanque. Según ha adelantado Rac1, el juez considera que las amenazas sobre el vehículo militar "son una farsa sin ningún valor intimidatorio".

En un vídeo difundido a las redes sociales el pasado diciembre, un un hombre dentro de un tanque del ejército español en marcha amenazaba el presidente catalán. "Vamos a hacerle una sorpresa a Puigdemont", decía el chico que grababa el vídeo, enfocando el caño del tanque. "Setenta toneladas de puro amor y pura democracia", se burlaba.

 

Además, en el vídeo, el hombre también amenazaba al líder de Podemos, Pablo Iglesias: "Coletas, el siguiente eres tú, cabrón. Llega España"!.

El titular del juzgado de instrucción número 7 de Zaragoza desestima la denuncia presentada por Puigdemont por los delitos de amenazas y odio. El juez considera que las supuestas amenazas son una farsa sin ningún valor intimidatorio; y que no hay ningún indicio de que quisieran hacer llegar el mensaje directamente al presidente.

Tono mordaz y festivo

El juez considera en su auto que el vídeo es penalmente irrelevante, que tiene un tono mordaz y festivo para que los denunciantes se reían de un "político huidizo" y también de sí mismos.

Para justificarlo utiliza el caso de los trabucaires de Cardedeu. "Tildar de seria amenaza lo dicho por los denunciados seria tanto como decir que los trabucaires de un pueblo catalán que en agosto de 2014 apuntaron hacia el piso de un concejal no independentista y dispararon con pólvora pero sin proyectiles hacia su casa amenazaron a dicho político cuando lo cierto cuando la denuncia presentada por tal concejal fue archivada."

Acusaciones a Puigdemont

El juez aprovecha su escrito para hacer consideraciones sobre la situación política en Catalunya y llega a acusar Puigdemont de haver abandonado a sus compañeros de trabajo. "Tras un proceso con constantes alusiones a la épica, a la gesta, a la dignidad, a la unión de todos los independentistas frente un supuesto adversario construido con constantes distorsiones históricas, culturales y sociales, el promotor del impulso final se convirtió en un prófugo dejando con su acción a sus más directos colaboradores en las puertas de la cárcel".

Insiste en la sitiuación de Puigdemont en el exilio. "Antes que otros dirigentes independentistas acudieran a declarar en una causa por rebelión, [...] Carles Puigdemont huyó de España, agazapado en el maletero de un automóvil dejando a sus compañeros antes de su declaración judicial como investigados con la evidencia del riesgo de fuga, que podía apreciar el juez a efectos de una posible medida cautelar personal, era más que tal peligro una realidad".

 

 

Un informe policial del mes de marzo ya desestimaba que los hechos se puguessin considerar delito y culpabilizaba al presidente de las amenazas, a que estas se habrían proferido "en un contexto previamente creado por la persona destinataria de su sarcasmo", es decir, el propio Puigdemont. El informe consideraba que se trataba sólo de "chanza y burla".