Los socios de Govern intentan restañar las heridas que ha dejado abiertas el enfrentamiento del martes en el Consell Executiu a raíz de la designación de los miembros de la parte catalana de la mesa de diálogo. El president, Pere Aragonès, y el vicepresident, Jordi Puigneró, se han reunido esta mañana por primera vez después de aquella crisis y el día siguiente de la reunión con Pedro Sánchez y de la mesa de diálogo. Ha sido una hora y cuarto de conversación en el despacho del president, durante la cual, según fuentes del Govern, los dos se han emplazado a preservar al ejecutivo de estas polémicas.

"El Govern tiene que seguir trabajando", se subraya tanto en los despachos de presidencia como de vicepresidencia, en la plaza Sant Jaume y en la Zona Franca. La conclusión de la reunión de hoy entre Aragonès y Puigneró es que hay que marcar distancias entre el día a día de la acción de gobierno y lo que las dos partes coinciden en describir como "temas más políticos" que afectan al posicionamiento de los partidos.

La reunión, durante la cual Aragonès ha trasladado a Puigneró cómo había ido el encuentro con Sánchez y le ha dado el documento que le entregó el presidente español, no ha servido para solucionar el problema provocado por la ausencia de Junts en la mesa de diálogo; tampoco para conciliar los argumentos de los unos y los otros.

Sin embargo, sí para enfatizar que el Consell Executiu tiene que quedar preservado de sacudidas como la que sufrió el martes cuando la tensión llegó a un punto en que la reunión de Govern se tuvo que suspender. La conclusión es que la mesa de diálogo ha marcado una crisis de partidos pero no puede afectar a la estabilidad del Govern.

Abstención inédita en el Govern

El hecho, sin embargo, es que el martes el Govern vivió una situación casi inédita, cuando la propuesta de nombres de la delegación catalana se aprobó con la abstención de la mitad de los consellers —los siete de Junts—, tal como avanzó ElNacional.cat. La norma no escrita és que las decisiones del Govern se toman por consenso y, cuando este no es posible, se retiran.

Además, después de que Aragonès se negó a aceptar la propuesta de Junts, que incluía a Jordi Sànchez, Jordi Turull y Míriam Nogueras, el acuerdo del Govern prosperó eliminando el preámbulo que proponía ERC, donde se defendía la mesa de diálogo, y eliminando también el nombre de Puigneró, que el president intentó incorporar para contener el alcance de la crisis.

El president, Pere Aragonès a la reunió del consell executiu, plà general - ACN

El Consell Executiu aprobó el acuerdo para la designación de los miembros de la mesa de diálogo con la abstención de Junts / ACN

Después de aquel episodio y más allá de la voluntad de las dos partes de preservar el Govern, el encuentro de esta mañana entre Aragonès y Puigneró ha servido para constatar las diferencias que ERC y Junts mantienen todavía en torno a esta cuestión. Las apelaciones de Aragonès a la lealtad y al pacto que hizo posible el gobierno, siguen teniendo como respuesta que aquel acuerdo no especifica que los negociadores de la mesa de diálogo tengan que ser miembros del Govern.

Turull, Sánchez y Junqueras

No ha habido durante la reunión ninguna propuesta alternativa del president para que Junts entre en la mesa de diálogo, a pesar de que Aragonès habría expresando la voluntad que Turull, Sànchez y el mismo Oriol Junqueras puedan entrar de alguna manera en la negociación. Esta entrada, sin embargo, no será en ningún caso a través de la mesa de diálogo, donde el president insiste en que sólo tiene que haber miembros del Govern.

En Vicepresidència se argumenta que sin Junts no se puede encontrar una solución al conflicto, mientras que desde Presidència se subraya que la mesa representa a todo el Govern y no a una parte como han denunciado voces de Junts, como la portavoz Elsa Artadi, dado que la delegación es resultado de un acuerdo del Consell Executiu.

Finalmente, Aragonès ha trasladado a Puigneró la voluntad de que las reuniones sean discretas, tal como indicó ayer en la comparecencia en la Galería Gótica, pero el vicepresident habría advertido sobre los efectos de enterarse de estas reuniones a través de los medios de comunicación.

De momento, los socios de Gobierno se han conjurado, pues, para superar la crisis del martes y poner en marcha el deshielo, aunque en la sede del Govern se admite que "todas las crisis, por pequeñas que sean, dejan señales".

 

En la imagen principal, el president, Pere Aragonès, y el vicepresident, Jordi Puigneró, en una imagen de archivo / Sergi Alcàzar