Desde la capital del Estado, con las conversaciones interrumpidas por las elecciones anticipadas y a la espera de una investidura positiva, Pere Aragonès ha hecho un nuevo llamamiento al diálogo. "Debemos salir todos de nuestra zona de confort y apostar claramente por el diálogo", ha defendido el vicepresident Pere Aragonès este miércoles en el Centro Cultural Blanquerna de Madrid, donde ha presentado la exposición Azorín y Catalunya. De Joan Maragall a Lluís Companys. En un momento en que Pedro Sánchez necesitará sí o sí la participación de los republicanos para seguir en la Moncloa, le ha reclamado que supere la "parálisis política". Le ha recordado que la solución pasará para que los catalanes decidan.

En su intervención, Pere Aragonès ha admitido que el camino estará repleto de dificultades y obstáculos. A pesar de todo, ha recordado que el conflicto político sólo se resolverá por vías políticas. "Hemos dado algunos pasos. El contenido de la llamada Declaración de Pedralbes demuestra que es posible empezar a encausar el conflicto político desde la política", ha reivindicado. "La política requiere diálogo, negociación, escucharnos para acercar las posiciones alejadas", ha insistido.

Ha situado el conflicto catalán como un conflicto "entre legitimidad democrática y legalidad vigente". En este contexto, el vicepresidente del Govern ha reivindicado "la oportunidad para salir de la parálisis" y de la "zona de confort" de cada uno para dialogar. "No puede seguir así indefinidamente", ha advertido el adjunto a la dirección de Esquerra, que ha subrayado que "el diálogo no quiere decir en ningún caso renunciar a las convicciones y posiciones". De hecho, ha añadido, el diálogo es "la mejor señal de que confías en tus convicciones".

El dirigente republicano ha recordado que, cuando Lluís Companys estaba en prisión acusado de rebelión, Azorín fue a visitarle. "¿Cuántos Azorín de hoy en día han ido a visitar a los presos políticos para confrontar ideas distintas y tender estos puentes de diálogo?", se ha preguntado. "Cuanto más difíciles son las condiciones, más necesarios son estos puentes", ha afirmado.

Aprovechando que estaba en Blanquerna, seis años después del asalto fascista, Aragonès ha querido enviar "un mensaje de tolerancia y defensa de la democracia frente a la intolerancia".