La Sala dels Diputats del Palau de la Generalitat es la antesala del despacho del president. Durante mucho tiempo se la conoció como Saló Montserrat, por la imagen de la Virgen que preside la estancia. Pero después de la restauración a que se sometió este espacio la última legislatura, se recuperó el nombre original. No obstante, la imagen de la Virgen continúa en su lugar, y esta tarde se ha convertido en el involutario testimonio ante el cual se ha formalizado la firma del acuerdo de presupuestos que han rubricado el Govern i el PSC tras una larga y compleja negociació.

Con ademán serio, sonrisas protocolarias -las imprescindibles- y sin exceso de entusiasmo, el president, Pere Aragonès, y el primer secretario del PSC, Salvador Illa, han firmado a las cinco y media de la tarde el acuerdo de presupuestos de este año. Aragonès ha salido a recibir a Illa a la puerta del salón y han firmado el acuerdo ante de una nube de fotógrafos. Todo en poco más de un cuarto de hora en que se han condensaban semanas de tensas negociaciones.

Cuarto Cinturón

La solución del acuerdo de presupuestos se desencadenó el viernes con la decisión de los republicanos de aceptar la B-40, una infraestructura que no forma parte del modelo de país que defienden, según admitió el mismo Pere Aragonès, pero que tenía que permitir sacar adelante unas cuentas sin las cuales la legislatura quedaba colgando de un hilo. Hacía días que las negociaciones de los presupuestos parecían atrapados en un callejón sin salida, pero ante la aceptación del Quart Cinturó, Salvador Illa tuvo que salir a reconocer que era un paso adelante importante y que a partir de este lunes se tendrían que reanudar las negociaciones.

El lunes, la consellera Laura Vilagrà y la portavoz del PSC, Alícia Romero, se encargaron de desencallar los encuentros en el Palau de la Generalitat, con largas reuniones donde se acabó de cerrar el documento del acuerdo. Este martes al mediodía, Aragonès llevó el acuerdo a la ejecutiva del partido, aunque todavía se mantenía pendiente de cerrar flequillos que se alargarían hasta la noche.

Salvar la legislatura

Finalmente por la noche una nueva conversación telefónica entre Aragonès y Illa, cuando el president estaba a punto de participar en la conferencia que compartió con Ernest Maragall, sirvió para dar por cerrado el pacto. Este miércoles a primera hora se ha puesto en marcha la coreografía de la presentación. Salvador Illa ha comparecido en rueda de prensa en el Parlament, donde ha querido dejar claro que el acuerdo de presupuestos no es un pacto de legislatura y que el PSC seguirá haciendo de oposición. Minutos después ha sido la consellera Vilagrà quien ha querido dejar claro que solo era un acuerdo de presupuestos porque "la mayoría del 25% sigue existiendo". El hecho, sin embargo, es que la mayoría independentista a què ser refería la consellera, que dio lugar al acuerdo de investidura de Aragonès, con los votos de ERC, Junts i la CUP, y esten acuerdo lo certifica definitivamente.

Los socialistas han firmado el acuerdo sabiendo que con este gesto están dado oxígeno al Govern, que Aragonès podrá finalmente aprobar unos presupuestos que le pueden servir para mantener viva la legislatura que ERC pretende alargar hasta el 2025.

Conscientes de la situación, dentro del ejecutivo el ambiente ante el pacto es de satisfacción, "euforia", según algunos fuentes. Sin embargo, para conseguirlo, ERC ha tenido que pasar por el aro que les ha impuesto el PSC, han visto cómo quedaba dolorosamente en evidencia la debilidad de contar con solo 33 diputados y han tenido que tragarse sapos de tal dimensión que no han podido disimular y que saltan en un año lleno de citas electorales.

Este jueves por la mañana, el president protagonizará una rueda de prensa previa a la reunión del Consell Executiu extraordinario que a las 10 de la mañana tiene que aprobar los presupuestos. Una vez aprobados, las cuentas llegarán al Parlament donde tendrán que pasar un largo trámite de, como mínimo 45 días. Es decir, como mínimo hasta mediados del mes de marzo.